Además, la exempleada denunció una serie de abusos presuntamente cometidos por el sacerdote Fernando Cruz contra las personas migrantes y contra las personas voluntarias que donaban comida y vestimentas al Comi.
Sólo una de ellas decidió interponer una denuncia por despido injustificado y tras meses de litigio, logró llegar a un acuerdo con el clérigo, pero fue condicionado a que la extrabajadora no pueda dar ningún tipo de declaración o información sobre el Comi ni sobre él.
Elisa González sostuvo que fue despedida tras asistir a un curso de capacitación a Honduras, como parte de la Red de albergues de la que es miembro el Comi; asegura que fue a la capacitación, primero por instrucciones y después por autorización del clérigo Fernando Cruz. Pero a su regreso, utilizó eso como excusa para despedirla. “Además, el Comi no financió nada de ese curso, todo fue pagado por la Red”.
Tampoco, dijo, entiende cuáles son las razones por las que el albergue se mantiene cerrado desde hace más de un mes, cuando se quedó con recursos por alrededor de 800 mil pesos en sus cuentas bancarias y con una bodega llena de alimentos y otros insumos.
“No entiendo por qué, si yo no manejaba las tarjetas, él sabe perfectamente que las tarjetas las manejaba él, que él realizaba las compras, que él junto con el contador manejaba las cuentas. Yo no manejaba ningún dinero, salvo lo que ellos daban de caja y que nunca fue más de dos mil pesos.
“No solamente se quedó con esa cantidad de dinero, se quedó con muchos recursos más y el padre lo sabe, por ejemplo, todo lo que eran cosas materiales y despensas, la bodega la cerraron, a mi me avisaban, está con bastante comida, frijol, arroz y aceite”, señaló.
“En algunas ocasiones nos tocó esconder a las personas migrantes. Nos decían, oiga, fíjese
que ya viene el padre, qué hacemos, y nosotros los sacamos por la puerta de enfrente mientras el padre ingresaba en su camioneta por el estacionamiento.
Para Elisa González, las recientes declaraciones realizadas por el padre Fernando Cruz contra dos extrabajadoras tal vez sean una reacción ante las críticas y señalamientos contra el sacerdote por haber cerrado el albergue en plena emergencia humanitaria en el estado de Oaxaca, por el incremento en el número de personas migrantes que están llegando a la ciudad.