Familias de Oaxaca esperan el regreso de 600 desaparecidos; colectivos apuntan a la delincuencia organizada

Jaciel Vladimir Florián Pablo desapareció el 22 de mayo de 2019. Trabajaba en Salina Cruz, Oaxaca, y según las investigaciones, fue secuestrado y llevado a Guerrero. Al principio, los presuntos secuestradores se comunicaron con su esposa, pero nunca más lo volvieron a hacer y desde entonces está desaparecido.

Para su madre, Martha Pablo, fue un calvario interponer la denuncia de su desaparición. Ese mismo día, acudió a la Fiscalía General del Estado de  Oaxaca (FGEO), pero le dijeron que debía ser ante la Fiscalía General de la República y ahí, que en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO); en esa dependencia la regresaron a la FGEO. Ese día no logró nada con las autoridades.

Dos días después, el 24 de mayo, Martha Pablo se presentó en la fiscalía de Oaxaca y reclamó a los servidores públicos: “quiero que levanten la denuncia por la desaparición de mi hijo, porque no se me perdió un perro, se me perdió mi hijo”. Finalmente, accedieron a levantar el reporte con la advertencia de que la denuncia debía interponerse en Guerrero, porque las llamadas se realizaron desde ese estado, donde finalmente se inició la investigación.

Durante un año y siete meses, nunca recibió información de los avances en la indagatoria hasta que interpuso una queja en la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) y con la asesoría de un colectivo de mujeres buscadoras de personas desaparecidas de Sinaloa, logró que el caso fuera atraído por la FGR.

En 2022 Martha Pablo conformó el colectivo Oaxaqueños buscando a los nuestros, en el que se han aglutinado personas que tienen familiares desaparecidos y que se han enfrentado a las deficiencias y carencias en la fiscalía del estado, en sus vicefiscalías regionales e incluso en la atención que reciben de las instancias federales.

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, entre el 15 de marzo de 1964 y el 2 de febrero de 2023, en Oaxaca se han registrado 3 mil 942 reportes de personas desaparecidas y no localizadas. De este total, 3 mil 255 fueron localizadas con vida y 87 sin vida; 428 siguen desaparecidas y 172 como no localizadas.

Martha Pablo señala que los colectivos de búsqueda en Oaxaca estiman que en el estado la cifra de desaparecidos llega a 5 mil, sin tomar en cuenta a las personas que no denuncian la ausencia de sus familiares.

Con los recientes reportes de desapariciones en la entidad, como el caso de la joven Andrea Itzel en Suchilquintongo Etla, considera que hay un incremento en los casos de personas desaparecidas y que, de acuerdo con la información que han obtenido, se observa mayor participación de la delincuencia organizada en los casos. 

“Sinceramente, no sé qué está pasando en nuestro estado, porque no sé si ya existía y lo ignorábamos porque no vivíamos esta situación o si hay un incremento muy fuerte. Lo único que sabemos es que grupos delincuenciales están llegando a nuestro estado y están causando estas desapariciones... Realmente la delincuencia ya nos está rebasando, no quiero pensar que vamos a estar como los estados del norte, no queremos llegar a esos extremos”, indica.

La fundadora del colectivo Oaxaqueños buscando a los nuestros afirma que hay deficiencias en las labores de investigación que realiza la fiscalía de Oaxaca. En primer lugar, dice, los ministerios públicos no hacen su trabajo, pese a que las familias les dan todo, aportan lo que les solicitan, llevan pruebas y la información de las investigaciones que ellos mismos realizan y que les proporcionan para que agilicen las investigaciones, pero no lo hacen.

Y cuando la familia solicita que la investigación sea atraída por las oficinas centrales, porque advierten que en las vicefiscalías regionales no hay ningún tipo de avance, la respuesta es que no hay presupuesto, ni personal para hacerlo.

“Tengo tres casos en Tuxtepec. La familia me solicitó que fueran atraídos a la capital, porque se les hace más fácil aquí checar la investigación y simplemente el fiscal que estaba antes me decía que no puede cambiar una carpeta  para acá, porque no tienen suficientes recursos, ni personal para que hagan las investigaciones allá.

“Entonces, las familias tenemos que esperar a que en Tuxtepec hagan su trabajo. Tengo muchas referencias que en Tuxtepec están vinculados con el crimen, ahí les pagan (a los funcionarios) y hacen como que hacen, pero no hacen nada”.

En el caso de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas para el Estado de Oaxaca, señala que no tiene personal capacitado para realizar búsquedas en campo. “Los jóvenes no saben ni usar una pala... tendrán estudios y certificaciones, pero en la práctica no saben ni agarrar un machete, ni meterse en los terrenos de difícil acceso, a las barrancas”.

EL UNIVERSAL buscó las posturas de la fiscalía y de la Comisión Estatal de Búsqueda, pero no hubo respuesta.