Roxana "N", quien nació en
Pinotepa Nacional,
Oaxaca y radica desde hace siete años en el municipio de Nezahualcóyotl, se dirigía el 8 de mayo a su casa, pero unas calles antes de llegar se encontró a una amiga y se quedó a platicar.
Según una carta que escribió la joven, difundida por el colectivo Nos Queremos Vivas Neza, minutos después se unió a la plática un muchacho de nombre Sinaí, a quien ella sólo conocía de vista, al despedirse el sujeto que era trabajador de una tienda de abarrotes, se ofreció a acompañarla y ella aceptó.
“Llegó cuando yo me estaba retirando, se ofreció a llevarme a mi domicilio que es muy cercano, cuando llegamos se puso necio, me obligó a dejarlo entrar, me insistió que vivía muy lejos que lo dejara quedarse a dormir en mi cuarto, insistió tanto que me asusté, me dio miedo, por tonta accedí, sé que muchos me juzgarán por lo que hice, y tal vez dirán, es su culpa ella, lo dejó entrar, estaba espantada, tenía miedo, lo dejé entrar, le puse una colchoneta en el piso, y le dije que ahí se podía quedar”, contó.
Lee también“¡Te dije que te arrancaras!", asaltan combi y golpean a pasajera en la México-Puebla Cuando ya estaba acostada en su cama Roxana, quien es madre de un niño de cuatro años, Sinaí la atacó físicamente y la violó, mientras se defendía ella tomó una playera y lo asfixió hasta provocarle la muerte, de acuerdo a su relato.
Asustada metió el cuerpo en un costal, salió y lo dejó en la calle Organillero, en la
colonia Benito Juárez, pero en ese momento un vecino la observó y pidió apoyo de policías municipales que iban pasando, quienes al revisar el costal hallaron el cuerpo de un hombre, por lo que fue detenida e ingresada al penal Neza-Bordo.
En la misiva Roxana aceptó que asesinó al hombre, pero lo hizo en defensa propia porque había abusado sexualmente de ella.
Denunció que no le realizaron pruebas periciales, examen médico, psicológico e inclusive que no presentó su declaración donde narró que fue violada.
“Sé que seré condenada por defender mi cuerpo, por defenderme como mujer, por haber castigado a mi agresor, por no haberme quedado callada, y por haber actuado. Ahora que estoy recluida me pongo a pensar que las leyes y la sociedad son injustas, tal vez debí dejar que mi agresor se saliera con la suya, se fuera y me dejara tal vez muerta o herida. Para no tener que vivir esto que vivo", redactó.
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