“No veo las mañaneras, pero qué tristeza que quiera manchar algo que estoy haciendo de forma pura. A mí me pueden investigar, nunca he cobrado ni por una copia, ni un solo peso. ¿Por qué lo ensucia el Presidente diciendo que hay alguien atrás?”, cuestiona Alma.
Fue ese mismo sentimiento, asegura, el que la llevó a interponer el primer amparo en Oaxaca y a liberar el formato que ella interpuso el 3 de agosto pasado, para que los padres de familia que lo quisieran usar pudieran comenzar la misma batalla legal que ella mantiene. Así comenzó la avalancha.
Alma explica que los números que dio a conocer el gobierno federal respecto de que en Oaxaca suman 27 amparos, se quedan muy cortos, pues solamente ella acompaña a más de 60 padres de familia que buscan que sus hijos accedan a la vacuna, entre ellos cuatro casos de niños con comorbilidades que los hacen más vulnerables.
Foto: Edwin Hernández
A un mes de interponer el amparo, y pese a que tres días después el juez le concedió la suspensión de plano, que se otorga de inmediato en hechos que por su naturaleza pueden poner en riesgo la salud y la vida, a Maximiliano, el hijo de 12 años de Alma, aún no le han puesto la vacuna contra el coronavirus, pese a que el fallo ordenaba que se le aplicara en 24 horas.
La abogada explica que ello se debe a que las propias autoridades federales han intentado obstaculizar su batalla, pues en un inicio tanto Nancy Ortiz Cabrera, la delegada en Oaxaca de los Programas de Bienestar, como Raúl Peña Viveros, el coordinador general de la Brigada Correcaminos, e incluso Jorge Alcocer, el propio secretario de Salud federal, interpusieron una queja contra la orden del juez de vacunar a Maxi, como una forma de impugnarla. Lo mismo hicieron en 16 de los casos que Alma lleva.
Tras ser desechada la queja, Maxi siguió el proceso para poder acceder a la vacuna, así que hace cinco días fue valorado por especialistas del Hospital de la Niñez Oaxaqueña, que es descentralizado; sin embargo, madre e hijo se encontraron con un nuevo obstáculo.
Ante la negativa, Alma volvió a recurrir al juez y notificó que desde el pasado 24 de junio, la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) autorizó la vacuna Pfizer a partir de los 12 años; mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) también avaló su uso, como lo muestra una guía publicada en su sitio web.
Alma dice que sólo espera la notificación con la cual se le informe el lugar y fecha para que se le aplique la dosis a Maxi; además, detalla que otras tres niñas también ya han sido citadas para valoración médica, dos de ellas padecen comorbilidades. De no cumplirse la orden del juez, dice, lo siguiente es comenzar con carpetas penales.
“Detrás de mí lo único que hay es mi amor de madre. No quiero que se muera mi hijo, que se enferme de gravedad. No sé cómo va a responder su sistema inmunológico si se contagia. No imagino que tenga que enfrentarlo solito si se agrava. Eso es lo que me mueve, detrás de mí sólo está mi amor de madre”; repite.
Inicialmente, la idea de presentar el amparo es que Maxi pudiera regresar a clases presenciales protegido, pues la familia narra que ya habían decidido que sí o sí era necesario que retomara la interacción con niños de su edad, pues en todo este tiempo sólo ha convivido con sus padres y un hermano pequeño, lo que afecta a su desarrollo integral.
Foto: Edwin Hernández
Fue también con esa idea que decidió liberar el formato del amparo, y desde entonces dice que le han escrito cientos de personas de todo el país, para agradecerle e informarle que han comenzado su propia batalla. En Oaxaca, narra los juzgados 11, 4, 2 y 8 otorgan la suspensión de plano, mientras que el 10 las niega.
Por ello insiste que mientras a los menores de edad no se les aplique la vacuna, la única forma de acortar las cadenas de transmisión es siguiendo las medidas de prevención, cómo la sana distancia y el usos de cubrebocas.
De acuerdo con el gobierno federal, hasta el pasado viernes sumaban 250 los amparos interpuestos en 19 estados del país, incluido Oaxaca.