
“Yo no sé si esto algún día pare o nos cansemos de luchar, pero quise hacer esto para saber que hay otras cosas y otros mundos posibles, sin violencia. Quisiera que esto se pausara por un rato y que pensáramos que mañana no hay ninguna muerta o desaparecida”, afirma sobre su principal motivación para crear un lugar donde tienen cabida el arte y la expresión cultural.
La idea fue crear un sitio para vender cerveza artesanal que fabrica con su esposo y ofrecer alimentos oaxaqueños a precios justos. A punto de desistir, tomó la oportunidad del traspaso de este foro.

Sin embargo, decidió hacerlo como una cooperativa con otras mujeres que aportaran sus saberes. Desde noviembre, Las Brujas se ha ido consolidando como un espacio donde también hay talleres, presentaciones y actividades diversas. “Creemos que trabajar en apoyo mutuo con otras personas es redituable, de alguna manera”, dice.
Las Brujas, por ejemplo, da la oportunidad de usarse para talleres o pláticas, sin cobrar. El servicio puede pagarse en efectivo o a través del trueque de productos que se necesitan. Es así como poco a poco se ha corrido la voz de la apertura de este espacio.
Otra de las particularidades es que las integrantes de Las Brujas han optado por crear un espacio pensando en el público local, pero que también abre sus puertas a turistas.

“Ha sido difícil porque la gente local no conoce la calle, ni los negocios previos que había. Tenemos una carta con precios accesibles y vendemos nuestra propia cerveza a precios justos”, comenta.
Aunque a veces las ganancias no son significativas, lo hacen como una forma de fortalecer el proyecto y evitar que se reproduzca la gentrificación.
Además, en el lugar no hay ningún producto industrializado y los alimentos se preparan con productos locales. Incluso aquí se fabrica el refresco que se vende.
Entre las dificultades que enfrentan mujeres como Nahiely está cumplir con múltiples roles como empleada, madre y ahora empresaria. “Es bien cansado, necesitamos ser una red de apoyo para sostenernos mutuamente, cubrir los espacios, dar pagos justos, sin explotarnos a nosotras mismas”, indica.
Para ella, Las Brujas es también una oportunidad, es darle a sus dos hijos el ejemplo de la ayuda, la sororidad, el servicio honesto y el trabajo.

“Aceptamos a todas las personas que tengan algo que decir, para crear algo sin violencia y al mismo tiempo, generar conciencia”, añade Nahiely, quien menciona que en el marco del 8 de marzo, en el espacio habrá cabida para diversas expresiones, como una jornada dedicada a la resistencia lésbica, que incluye charlas, música y talleres.