Lupilla ha alzado la voz en repetidas ocasiones, se ha desnudado e incluso se ha rociado de gasolina y ayer, en medio de la desesperación, colgó una soga de un árbol para quitarse la vida.
"He sido presa política , torturada y víctima de desaparición forzada por parte del gobierno de Oaxaca y también he sido violentada por el gobierno de la CDMX”, señala.
En los mensajes, Lupilla relata que desde los ocho años, comenzó a trabajar para sobrevivir y vivir en las calles. "Poco tiempo después empecé a tener mis propias cosas y vivienda. Así estuve bien durante años pero sin poder disfrutar de mi infancia ni adolescencia", dice.
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En 2008 fue agredida, secuestrada y torturada por el Gobierno de Oaxaca, entonces encabezado por el priista Ulises Ruiz Ortiz, y grupos armados.
"El exprocurador Evencio Nicolás Martínez estaba infiltrado con Los Zetas, me quería obligar a ser parte de ese grupo delictivo y al negarme, me metió a la cárcel”, señaló ayer.
En julio de 2008, fue llevada presa por delitos que asegura no cometió; permaneció en la cárcel por cinco años.
Además durante meses y medio sufrió desaparición forzada por parte del gobierno oaxaqueño. "Logré salir libre... Pero seguí siendo víctima de agresiones, detenciones constantes por parte del Gobierno de Oaxaca...", apunta.
En la capital, fue víctima de intento de homicidio en dos ocasiones y pese a que detuvieron a los presuntos responsables, éstos fueron liberados.
Asimismo, denunció que en 2020 fue enviada de nuevo a prisión por siete meses, en Cdmx. Ahí, dijo, sufrió tortura físicas y psicológica, acoso, abuso y agresiones sexuales. Quedó en libertad en noviembre, cuando se instaló en plantón frente a la Segob, desde donde espera aún atención de las autoridades.