“Para nosotros es el emblema para seguir en la lucha por la defensa de los derechos, la democracia, la justicia y la libertad”, declaró.
En la marcha, detalló, participó un número representativo de profesores: dos por cada delegación sindical y sector de trabajo, así como la estructura del movimiento magisterial. Esto fue así, explicó, porque muchos de los maestros viajan hoy a las comunidades en las que imparten clases.
Durante la movilización realizada en la capital del estado, se denunció que “la naturaleza represiva del Estado-ejército y todos sus brazos” no ha cambiado y que de ello es prueba la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero.
“Queda claro cada la forma en que operan los policías estatales, municipales y la Guardia Nacional... Hoy día parece muy lejana la represión en la plaza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, pero nada ha cambiado”.
Igualmente, se denunció que hoy se pretende hacer creer que llenando las calles de militares la paz volverá a los hogares: “que podremos andar por la calle sin el miedo de ser asaltados, levantados; pero son ellos mismos, los policías, los militares, quienes nos atacan, nos disparan, quienes han torturado, encarcelado y fusilado a nuestra gente”.