Agregó que no en todas las comunidades, donde se usan las máscaras, las realizan, muchas veces comisionan a personas de otras comunidades para el tallado de éstas.
“El árbol da unos frijolitos rojos, desde tiempos prehispánicos se utilizaban como un alucinante, altera la mente, el hecho de hacer una máscara con esa madera, también indica que es muy posible que ésta tenga propiedades curativas, específicas que alteran la mente, entonces el colorín se utiliza mucho también en ese contexto, para dar ciertas propiedades al danzante, porque quien utiliza la máscara absorbe también parte de esta energía intrínseca que hay en la madera. Existen otras máscaras en México que se usaron bajo el uso del peyote, de los hongos”.
Además indicó que los talladores de máscaras son evidentemente artistas, escultores, ya que la máscara se tiene que ver como un objeto tridimensional.
Al hablar de las herramientas que se utilizan, dijo que no son comerciales, “es casi como un signo de prestigio que ellos hagan sus propias herramientas, utilizan cuchillos de cocina, fierros viejos que los llevan al herrero o ellos mismos sacan filo o buscan algún metal o madera muy dura con la que hacen ciertos detalles de la máscara”.

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El antropólogo dijo que los mascareros no se dedican exclusivamente a realizar máscaras, tienen otros trabajos, la mayoría de ellos son campesinos o pescadores, “en algunos casos tienen su trabajo en el campo, sí son gente muy respetada pero no es como en occidente o en las ciudades que endiosamos a los artistas, pero pintar es un trabajo, como hacer zapatos o construir una casa o elaborar un mueble, y el mascarero, el eso lo ve como su chamba, es un trabajo que, además, le gusta hacer, es un gusto porque además están contribuyendo a la vida de su comunidad de una manera muy significativa”.
Por último René Bustamante dijo que existe “una comunicación muy íntima entre el mascarero y el danzante, porque muchas veces el danzante pide ciertas características en la máscara, aún cuando el mascarero va a hacer el diseño tradicional, entre comillas, el diseño tradicional de la máscara que es de ese pueblo, siempre al mascarero o al danzante les gusta introducir un nuevo elemento, por pequeño que sea, alguna cuestión con el color, alguna cosa con la profundidad de la talla, algún detalle diferente, algo personal. Muchas veces el danzante decide hacer su propia máscara y tiene la libertad de introducir desde la madera, desde la forma, desde el tallado, desde la pintura y es en ese momento es donde entran otros elementos, que dijéramos no son los elementos tradicionales, en el tallado de la máscara, porque algunos le quiere introducir pelo, o dientes de algún animal para que se vea más feroz u ojos de canica”.