Mujer, despierta, la violencia no es normal, llama la oaxaqueña María Elena Ríos desde Los Pinos
Antes, la saxofonista estuvo en el Senado, donde señaló que ella no se reduce al ataque que sufrió: “Sí, me intentaron matar con ácido, pero yo no soy ese hecho para quedar bautizada de esta manera”
Oaxaca de Juárez.- “Me siento orgullosa de ser oaxaqueña pero me da una tristeza enorme, que mi Oaxaca sea un estado en donde la violencia machista sigue impregnada en nuestras comunidades y exonerada en las instituciones”, sentenció María Elena Ríos, joven saxofonista mixteca sobreviviente de un intento de feminicidio, tras ser atacada con ácido el 9 de septiembre de 2018.
María Elena fue invitada a compartir su historia en el Complejo Cultural Los Pinos, donde habló también a nombre de Leslie, Esmeralda, Luisa, Ana Elena, Elisa, víctimas de la violencia ácida y por quienes alzó la voz en el marco del Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres.
“Tuve que vivir previamente gritos de dolor, amenazas, lágrimas intensas, amenazas, humillaciones y los ojos tristes de mis padres y hermanos, de verdad gracias por acompañarme.
“La violencia sistemática de este país tiene ejercicios retrógradas que provocan la agonía de miles y la muerte de guerreras, caídas por las balas, consumidas por el ácido, con golpes por la espalda y torturas en desventaja”, continuó al nombrar a víctimas de feminicidio como María del Sol, Fanny, Fátima, Lesvy, Luisa, casos que en Oaxaca persisten en la impunidad.
En la entidad, no hay cifras certeras de las mujeres víctimas de ataques con ácido, y el de María Elena es el primer caso documentado. No obstante, 574 mujeres han muerto a causa de la violencia feminicida en la actual administración, según el recuento de organizaciones sociales.
“¿Hasta cuándo comenzaremos a nombrar por delante los nombres de ellos, los hombres que cometen el crimen y de sus amigos, los que encubren y protegen. Adelfo, Juan, Arturo, Antonio, Isaac, Rubén, Max, Jacobo, Eliodoro, Jaime, Jairo, Miguel, Hugo. Sí , ellos”, cuestionó Malena.
Asimismo, habló de la violencia económica ejercida sobre mujeres, el caso más cercano es nuevamente mi agresor, quien por medio de sus hijas paga 500 pesos a cada mujer que se ponga una camisa y pancarta color rosa con el título “libertad Para Juan Vera” “Juan Vera es inocente” “Juan Vera a mi me ayudó”.
Luego, exigió al fiscal del estado, Arturo Peimbert, que ejecute la orden de aprehensión pendiente contra el quinto de sus agresores.
Asimismo, visibilizó que el ataque al que sobrevivió, no fue la única violencia que superó.
“Mi primer acoso fue a los 10 años, no sabía el concepto pero recuerdo un terrible hueco en el estómago. Me corrieron de una banda musical llena de hombres, porque no se querían ver opacados... En la escuela mi maestro no paraba de mirarme cuando estaba en clase. Al igual que tú, me chiflan por la calle y me han manoseado. También me violaron, y no podía enfrentarlo porque de lo contrario, se enojaría conmigo. Al igual que tú, me tomó fotos sin mi consentimiento y me amenazaba con publicarlas”, confesó y se pronunció por una vida libre y sin miedo para las mujeres.
Antes, María Elena fue invitada al Senado, por la legisladora panista, Kenia López Rabadán, donde expuso que en México se asesinan a más de 11 mujeres diariamente, todos los días se presentan más de 600 denuncias por violencia doméstica.
En su intervención, María Elena dijo: “No soy la saxofonista agredida con ácido, mi nombre es María Elena Ríos Ortiz, de profesión comunicóloga y saxofonista, sí, me intentaron matar con ácido, pero yo no soy ese hecho para quedar bautizada de esta manera”.
Asimismo, reveló las dificultades que enfrentó durante los primeros meses, cuando la atención médica que recibía era deficiente.
“Nunca se me olvidará cuando una legisladora paisana mía, cuando mi hermana le pidió ayuda para trasladarme a un hospital de aquí de la Ciudad le contestó: “¿qué? ¿y sabes tan sólo cuánto cuesta una torta de ese hospital?” y hoy quiere ser gobernadora de mi estado”, relató.
“Dejemos de obedecer a la confrontación de nuestro género. Mujer, despierta, la violencia no es normal y tenemos que estar unidas para erradicarla y así no volver a repetir las historias de nuestros nombres, al contrario. Contar historias nuevas, historias de vida sin violencia”, finalizó.