Mujeres son 35.3% en producción de mezcal en Oaxaca; la mayoría no son remuneradas
La participación de las mujeres en el trabajo familiar no remunerado representa 38% en Miahuatlán, 24% en Tlacolula y solo 11% en Yautepec
Oaxaca de Juárez.- En Oaxaca, alrededor de 35.3% de las personas que trabajan en la producción de agave-mezcal son mujeres y en su mayoría son familiares o cónyuges de los propietarios de los palenques, según el Censo de Palenqueros realizado en el 2018.
Los resultados coinciden con el Censo Agroalimentario de 2019 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y su análisis de los datos denominado “Conociendo la industria del tequila y el mezcal” que señala que de cada 100 personas ocupadas en esta industria, 32 son mujeres y 68 son hombres.
Mientras que el estudio “La economía de la producción de mezcal en Oaxaca” publicado en el año 2022 y elaborado por Economics Of Land Degradation, Cooperación Alemana México-Alemania y la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) señala que las mujeres representan en algunas comunidades hasta 38% del trabajo en la producción del mezcal. La información se recabó con la aplicación de 423 encuestas a productores y palenqueros en los distritos de Miahuatlán, Tlacolula y Yautepec.
Este último documento, advierte, que el trabajo de las mujeres en esta industria no es remunerado; es decir, que no reciben ningún ingreso o pago por su trabajo.
El Censo de Palenqueros, en los que se entrevistó a más de mil productores de mezcal en el estado, detectó que la mayor participación se da por los o las cónyuges, los hermanos y los hijos varones de los palenqueros, esto es importante porque las actividades que se realizan en el palenque son de alta demanda de trabajo físico.
En relación a su ubicación, 87% de los productores tiene su palenque en predios familiares, y 50% emplea mano de obra familiar, lo que los hace amortiguar costos de producción, pues ésta no es considerada por ellos como un gasto monetario. Mientras que 34% tiene mano de obra mixta, entre familiar y contratada, y el resto, (16%) tiene mano de obra contratada.
La participación de familiares como mano de obra empleada en el palenque son cónyuge 35.3%, hermanos 25.5%, hijas 0.4%, hijos 21.8%, madre 1.3%, nietos 0.2%, padre 8.7%, sobrinos 0.4% y otros 6.5%.
De acuerdo con el estudio “La economía de la producción de mezcal en Oaxaca”, los ingresos generados por la producción de agave-mezcal “no cubren la totalidad de los costos en que incurre el ciclo de maduración del maguey, y para contrarrestar los gastos los productores de maguey utilizan la mano de obra no remunerada y familiar, ahorrándose así los costos de mano de obra”.
Los resultados de su encuesta realizada por GIZ y otros, explica que la mano de obra no remunerada representa una parte importante en la cadena de valor. Por ejemplo, en Miahuatlán de Porfirio Díaz es de aproximadamente 51%, en Yautepec es de 24% y en Tlacolula es de 23%.
Dentro de este grupo, la mano de obra familiar representa e75%, 80% y 87% en Miahuatlán, Tlacolula y Yautepec respectivamente. Por su parte, la participación de las mujeres en el trabajo familiar no remunerado representa 38% en Miahuatlán, 24% en Tlacolula y solo 11% en Yautepec.
“Cabe resaltar que la rentabilidad y la eficiencia de la producción de agave-mezcal son uno de los problemas reconocidos por los productores de nuestra encuesta. Algunos tienen por origen en el disfuncionamiento del mercado, que no logra valorar con un precio justo, mientras que otros en el proceso de maduración del agave que produce sabor y calidad del mezcal. A estos se le suma la falta de mano de obra y la falta de conocimiento agronómico sobre las prácticas que puedan mejorar las condiciones de producción”.
Además, advierte que otros tienen como origen las condiciones ambientales, donde el tema de la erosión está muy presente igual que la presencia de plagas y la deforestación.
“Los otros problemas que representan 5% de nuestra encuesta están relacionados con los problemas asociados a la alta inversión, los costos de agroquímicos, pérdida de hijuelos, los costos de maquinaria y la falta de asesoría técnica”.