Entre los pobladores de esta pequeña comunidad pesquera lo que circula son una serie de cuestionamientos a las autoridades, pues parece que nadie se ha enterado que los mil habitantes están prácticamente secuestrados.
El agente municipal se dice preocupado porque ayer varias cajas de víveres adquiridas en Juchitán, se quedaron en el trayecto porque en San Dionisio del Mar retuvieron al menos 60 personas comerciantes, a quienes liberaron más tarde, pero sin regresarles los insumos. “En el pueblo escasea la harina para las tortillas, no hay verduras para la comida”, lamenta.
Esa es precisamente la preocupación principal de los ikoots, que si el conflicto entre San Dionisio del Mar y Chicapa de Castro por mil 711 hectáreas de tierra se alarga, ellos se quedarán sin alimentos para subsistir. “¿De qué vamos a vivir? Nos gustaría que el gobierno buscara la forma de mandarnos víveres ahorita que hace falta, no como hacían antes que mandaban la ayuda después de las emergencias”, dijo la autoridad de Santa María del Mar que, con nudos en la garganta, pidió paciencia a la población que se reunió hoy.
Otras de las urgencias para la comunidad es la integridad del personal educativo de salud, quienes tienes que trasladarse por lancha hasta dicho territorio y que por el momento ni siquiera tiene esa posibilidad, paradójicamente en ambos casos por decisión de sus pueblos hermanos, pues tanto San Mateo como San Dionisio, las comunidades que les niegan el paso, pertenecen a la nación ikoots.
Ahorita, comentó el agente municipal, “están los maestros y el personal de salud que también están preocupados si se alarga el conflicto, como igual están preocupadas las familias de Santa María del Mar que tienen hijos estudiando en Juchitán o en Salina Cruz. Si el problema crece más y se prolonga, ¿cómo van a entrar? ¿Por dónde van a pasar?”.
“Nuestra preocupación es grande, por las mujeres embarazadas, por los niños enfermos, por los maestros y el personal de salud que tiene que ir a ver a sus familias, por nuestros comerciantes. ¿Cómo van a vender pescados y camarones? Aquí cada día venían de San Dionisio a comprar cuatro o cinco reses por día para vender en la región. Se perderán los ingresos", lamenta.