Este sábado una protesta ciudadana en la que se realizaron pintas y se rompieron cristales de negocios del Centro Histórico derivó en la detención de seis manifestantes a quienes el gobierno de Oaxaca acusa de causar daños en propiedad ajena y espacios públicos, vandalismo y agresiones. Dos personas ya habían sido liberadas previamente.
Este lunes integrantes de organizaciones sociales se manifestaron afuera de Ciudad Judicial, donde se encontraban los activistas presos, para exigir su liberación inmediata,. Acusaron que se trataron de detenciones arbitrarias pues no existían ordenes de aprehensión, y de que hubo un uso excesivo de la fuerza de parte de elementos de la Policía Estatal.
Además de la liberación inmediata de sus compañeros, exigieron el fin del “hostigamiento judicial y jurídico” a Nizayeéjh Chávez y Metztli Jiménez, quienes fueron liberadas previamente, pero para quienes “no ha cesado la presión del Estado”, declararon los manifestantes.
Familiares de los presos políticos de Eloxochitlán de Flores Magón, familias víctimas desplazadas de la región triqui y otros colectivos fueron algunos de los que se sumaron a la exigencia de liberación, así como decenas en todo el país.
Las organizaciones denunciaron “la criminalización de la protesta social contra el saqueo territorial y cultural que sufren los pueblos de Oaxaca”, así como persecución contra activistas y defensores y represión policial desplegada desde el gobierno estatal, por lo que responsabilizan al gobernador Salomón Jara.
Ayer, el gobernador justificó las detenciones, descalificó los objetivos de la movilización y condenó que se trató de “una protesta racista” porque alimentaba el odio en contra de extranjeros y turistas porque entre las pintas se leían mensajes como “pinches blancos”.
“La lucha racista es repudiable. Ahí tenemos el ejemplo de Hitler, que creyó que era de una raza superior, yo no sé si estos jóvenes son de una raza superior, pero en Oaxaca no hay razas superiores”, afirmó el mandatario.
Jara Cruz reclamó que los manifestantes agredieron a turistas, por lo que insistió que el mensaje de la manifestación era de odio.
“No hay simpatía de la población con estas causas. El odio y el racismo no es una causa, no tiene cabida en nuestro estado”, dijo el gobernador, quien evidenció que desconoce cómo opera el racismo y que no existen condiciones estructurales de desigualdad y desventaja para que los extranjeros puedan ser víctimas de racismo de parte de los oaxaqueños, y por tanto no existe como tal el “racismo inverso”.
Jara Cruz evadió responder si su administración tomará acciones para frenar la escalada de precios de la vivienda y los servicios, efectos de la gentrificación que terminan por desplazar a los pobladores locales, quienes son sustituidos por extranjeros que sí pueden costear el aumento de precios.