Kennia con su vestido rosa pastel y Astrid con un traje sastre del mismo tono, intercambiaron anillos y sonrisas, entre aplausos de sus familiares y amigos en un salón adornado con motivos que hacían alusión a la presencia de la angelita perruna en sus vidas, en las invitaciones, en los centros de mesa, en el pastel.
El trayecto no fue fácil, pues ambas tuvieron que enfrentar la presión familiar para defender su orientación sexual y luchar contra los marcados roles y estereotipos de género, incluso enfrentando consultas psicológicas para “curarse”.
Astrid y Kenia relatan que cuando iniciaron su relación, el 21 de noviembre de 2015, la mantuvieron en secreto, pues ninguna de las dos “había salido del closet”, y aunque ambas desde siempre supieron cuál era su orientación sexual, la presión social las obligó a callar.
Pero hoy, en su boda, todo fue diferente. Invitaron a la celebración a sus familiares y amistades, quienes las acompañaron a formalizar ante la ley su historia de amor.
“El mensaje que queremos dar haciendo pública nuestra unión es que nunca debemos perder la esperanza de encontrar el amor y que debemos luchar por mantenerlo a pesar de todo y todos, con comunicación, con valentía y con sueños”, dijo Astrid.
La celebración transcurrió en un ambiente festivo con música, comida y el apoyo de sus seres queridos, pues las madrinas y padrinos y el tequio no pudieron faltar para hacer de esta boda algo inolvidable.