Partería, una opción para cuidar la salud de las mujeres en la Mixteca de Oaxaca
Oaxaca es una de las 18 entidades en donde están presentes las más de 6 mil 600 parteras rurales o tradicionales certificadas del programa IMSS-BIENESTAR
Santiago Juxtlahuaca. – Soledad Luz Díaz Ramírez lleva 58 años como partera rural en Santiago Juxtlahuaca, en la Mixteca de Oaxaca, y platica a EL UNIVERSAL que perdió la cuenta del número de partos que ha asistido, pero que lleva al menos tres libretas de registros.
En el marco del Día Internacional de Parteras, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dio a conocer este día que Oaxaca es una de las 18 entidades en donde están presentes las más de 6 mil 600 parteras rurales o tradicionales certificadas del programa IMSS-BIENESTAR.
Soledad Luz Díaz estudió enfermería en un curso intensivo de seis meses en la ciudad de Oaxaca, aunque comenzó desde antes, con la invitación de una enfermera en la ciudad de Tlaxiaco; aprendió a inyectar y poner suero en las comunidades.
“Casi toda mi familia eran profesores, entonces lo que esperaban era que al terminar la secundaria me fuera a la normal, porque en ese entonces no se estudiaba preparatoria.
Pero cuando llegamos a Oaxaca le dije a mi papá que no quería ser maestra, yo quería ser enfermera”.
Recuerda que pudo estudiar enfermería con una beca, donde aprendió la partería en los últimos dos meses del curso, en el módulo de maternidad, “ahí aprendimos aprender sobre partos”.
Cuando llegó al Centro de Salud de Juxtlahuaca a hacer su servicio, conoció a su esposo y se casó, por lo que abandonó su trabajo. Sin embargo, luego de que convenciera a su esposo que también podía trabajar, pudo abrir un pequeño consultorio desde su casa, para atender a sus pacientes.
“Al principio él no quería, en esos años no se acostumbraba que la esposa trabajara, porque el marido era el que llevaba el sustento de la casa, pero en el pueblo solo había dos doctores y mis servicios sí eran necesarios”, comparte con emoción.“La encomienda de Salud era traer a todas las pacientes a la casa de salud, para llevarles su control del embarazo; convencerlas para que acudieran, me costó, pero sí pude”.
A la fecha, en algunas comunidades existen parteras tradicionales que dejaron esta labor, pero por falta de acceso a la comunicación, intérpretes e incluso de reconocimiento del Sector Salud.
Soledad detalla que cuando comenzó con la labor de partería, le costó mucho trabajo porque las mujeres no estaban acostumbradas. “Pues tenían mucho pudor, pero poco a poco pudimos integrarlas al centro de Salud; antes no les gustaba ir con los doctores, pues ahora ya van, ahora ya están más actualizadas”.
El último parto que atendió fue en el mes de marzo, “la paciente era de Copala, pero radica en Juxtlahuaca”.
“Ayudar a las mujeres a dar a luz ha sido una cosa muy hermosa, pues yo nunca pensé en recibir una vida en mis manos. Quiero a las mamás y a sus bebés”, concluye doña Soledad, mejor conocida como doña Luchita.