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Virginia García Barrio y Cirila Martínez pescaban regularmente con sus maridos en la Laguna Pastoría, pero en los últimos años han disminuido los pescados y camarones, a consecuencia del cierre natural de la Bocabarra Cerro Hermoso, que impide oxigenar la laguna.

También están satisfechas por contribuir a la reparación de una parte del sistema lagunar: desde hace tres años recuperaron tres kilómetros del Canal Palmarito, una franja de manglar conectada a su laguna.
Las tichindas son fuente de alimentación por su gran producción de Omega 3, dan identidad a la cultura de los pueblos negros de la Costa Chica y contribuyen a la economía local, pues las mujeres de la zona suelen cosecharlas.

Virginia García tiene 46 años y desde hace 25 comenzó a salir en pangas (canoas) a pescar con su marido. Hasta el 2000, la pesca era muy buena en la zona: obtenían cosechas de hasta 60 kilos de pescado. Hoy logra apenas seis ejemplares para el consumo familiar, por lo que también vende pollos y tortillas.
Sentada a su lado está Cirila Martínez, de 62 años, quien comenzó en la pesca a los 30, también junto a su marido. Antes de la crisis pesquera, salían hasta dos veces al día a la laguna: iban de las siete de la mañana hasta el mediodía, comían y regresaban por la tarde.
Era tanta la producción que con eso dieron estudios a sus hijos. Ella cuenta que en este año cada vez sale menos por la disminución del producto, ya que gasta más en gasolina que lo que gana pescando.
“Trabajamos mucho la pesca porque teníamos la necesidad de darle estudios a mis hijos, al final lo logramos. Después seguimos en la laguna, pero cuando comenzó la disminución de peces, mi esposo es el único que va; por ejemplo, ayer sólo sacó seis pescaditos y gastó cinco litros de gasolina, 30 pesos el litro, salió más caro, prefiero comprar que pescar”, refiere.

“La situación está crítica, la pesca es poca, la venta ni se diga, pasan días hasta juntar una buena cantidad para salir a vender. Nos urge que la bocabarra que está en Cerro Hermoso se abra, para que haya peces, para que podamos volver a pescar. Esta situación está obligando a mucha gente a migrar al norte, a buscar mejores trabajos, la pesca ya no da”, explica.