Aunque la crisis en este sector se perfiló desde alrededor de dos años con las huelgas en países africanos por las condiciones de esclavitud y trabajo infantil en los campos donde se siembra y cosecha el cacao, el primer aumentó en esta materia prima para la elaboración del chocolate se reflejó en los meses de enero y febrero de 2024, con un incremento de hasta 200 por ciento; el segundo, hace apenas unas semanas, cuando el alza ya supera el 300 por ciento. Mientras un kilo de cacao oscilaba entre los 90 y 100 pesos, en los primeros meses de este año subió a 190 y 200 pesos; ahora, cuesta entre 300 y 350 pesos.
Este incremento afecta principalmente a pequeñas empresas de Oaxaca que se dedican a la molienda y elaboración de chocolate, porque los obliga a elevar sus precios, reducir sus márgenes de ganancias, bajar sus ventas y perder clientes.
Sandra Ortega es la tercera generación de la familia propietaria de Molinos Santa Lucía, una pequeña empresa con más de 70 años de existencia, dedicada al molino de granos y a la elaboración de moliendas como el chocolate y el café.
“Como pequeños productores, al enfrentarnos a este desabasto de grano, nos lleva a elevar precios, porque al final de cuentas no podemos comprar grano a mejor precio, porque tenemos que elevar costos, y nos afecta porque reduce las ventas, difícilmente nos entienden que no es que queramos venderlo más caro, que no es por la temporada de Muertos… Reduce ganancias, ya no tienes los márgenes de beneficios que te deja un producto”.
Germán Santillán, fundador de Oaxacanita Chocolate, una empresa de Villa de Tamazulápam, ubicada en la Mixteca de Oaxaca, y premiada el impacto que genera en comunidades indígenas de la región, advierte que lo que está sucediendo con el cacao debería ser una muestra de cómo la globalización repercute en los mercados locales, así como de los efectos del cambio climático en la producción de alimentos.
“El continente africano es uno de los mayores productores de cacao y es el principal proveedor de cacao para Europa y Asia. Justo el año pasado, empezaron a tener problemas con la producción de cacao, por el agua: los ciclos de lluvia alterados, ya no hay suficiente agua en muchos lados, empiezan a afectar las cosechas africanas.
“Esto empieza a disminuir la cantidad de cacao disponible para la región europea y por lo tanto, la demanda del cacao en Europa se sigue manteniendo, ampliando y esto genera, que volteen a ver a países como México, Venezuela, que producen cacao y empiezan a comprar cacao mexicano”, detalla Sandra Ortega.
El fundador de Oaxacanita Chocolate menciona que a principios de año se enteraron del acaparamiento del cacao que se produce en México por empresas trasnacionales como Nestlé o Hersheys, las cuales empezaron a ofrecer pagos de hasta 120 pesos por kilo de cacao a productores en Chiapas, cuando pagaban en promedio 60 pesos por kilo.
Los productores empezaron a vender su producción a estas empresas y a comprometer la producción del próximo ciclo. En el país hay dos temporadas de cosecha al año, la primera es en mayo y la segunda en noviembre, según explica.
“Era porque ellos ya sabían de toda la condición que existía en todo el continente africano y ellos querían acaparar la mayor parte de la materia prima, a buen precio y para que siguieran produciendo”.
Así, los productores empezaron a incrementar el precio también a los pequeños productores de chocolate. “Por ejemplo, en Tamazulapam, empezamos a ver que de 97 pesos el kilo, saltó luego a los 180 y 200 pesos. Esta gran brecha, esa alza de precios, incrementó todavía más. Ahora lo están vendiendo entre 300 y 350 pesos”.
Pero además, recuerda que en México también hubo problemas de sequía y lluvias a destiempo, producto del cambio climático. Ambas ocasionaron una baja en la producción de cacao en el país, y los huracanes terminaron por acabar con muchas cosechas.
En México se producen entre 27 mil a 30 mil toneladas de cacao anualmente y esos números bajaron aproximadamente un 3% este año, y la industria chocolatera del país está consumiendo alrededor de 120 mil toneladas de cacao, en otras palabras, cuatro de cada cinco chocolates que se producen en México, están hecho con cacao extranjero.
Este acaparamiento del cacao, dice Sandra Ortega, también generó especulaciones, porque quien tiene el cacao impone el precio y esto perjudica sobre todo a las chocolaterías artesanales, a los pequeños productores y a los productores del grano.