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En los últimos días, los migrantes de la caravana del Viacrucis, volvieron a vivir el desdén y el rechazo de las autoridades que experimentaron cuando ingresaron en la zona oriente del Istmo en la primera semana de abril, cuando fueron ignorados y nadie les ofreció la ayuda humanitaria.
Reportes de fuentes gubernamentales, señalaron que en la localidad de Santa Ana Zegache, las autoridades convocaron a la población, mediante altoparlantes, que no permitieran el ingreso de migrantes, bajo el supuesto de que “cometen ilícitos”.
Algunas familias fueron enviadas a los sistemas DIF de Guerrero, otras a Michoacán y unas más a Oaxaca, donde no esté saturado el proceso de solicitud de visa humanitaria. Otras familias, obtuvieron apoyo para llegar directamente a la Ciudad de México.