Renace en la Ciénega de Zimatlán cultivo de caña en manos de migrantes que retornaron a Oaxaca

Luego de estar en el olvido, la siembra de esta planta resurge en esta comunidad de os Valles Centrales; campesinos invitan a retomarla para que vuelva a considerarse distintiva de la comunidad

Renace en la Ciénega de Zimatlán cultivo de caña en manos de migrantes que retornaron a Oaxaca
Foto: Edwin Hernández
Sociedad 03/11/2022 00:14 Juan Carlos Zavala Actualizada 08:03

Ciénega de Zimatlán.— Lorenzo Galván Celaya emigró a los 15 años a Estados Unidos de forma ilegal en la búsqueda de un trabajo para superarse. Entonces era una decisión común de jóvenes y adultos, ante la falta de oportunidades que aún prevalecen en Ciénega de Zimatlán, donde los habitantes estiman que al menos la mitad de su población vive en el país del norte.

Durante varios años, Lorenzo iba y regresaba de Estados Unidos a su pueblo natal; sin embargo, en la última ocasión que intentó cruzar la frontera, la policía migratoria de ese país lo detuvo por nueve meses y lo regresó a territorio mexicano.

Al ver que sería complicado cruzar otra vez por Tijuana, Baja California, decidió quedarse en Ciénega de Zimatlán a trabajar. Desde entonces se dedica a la siembra de caña, un cultivo tradicional de esta comunidad, debido a las condiciones geográficas del territorio, del cual tenía ciertas nociones.

 

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Foto: Edwin Hernández

“Lo que pasa es que llegó el momento en que dije me voy a casar, voy a ver a mis hijos crecer y ahorita gracias a Dios ya los estoy viendo crecer; veo cómo están trabajando, veo más que nada el cariño de ellos porque ha habido muchas personas que emigran a los Estados Unidos y cuando regresan ya no es el mismo cariño del hijo”.

La abundancia de agua, incluso a ras de tierra, permitía la producción de caña, pero el recurso empezó a escasear y los campesinos abandonaron los cultivos. Los trapiches empezaron a entrar en desuso y el empleo también disminuyó.

Aunque ahora son sólo dos productores de caña, Lorenzo Galván advierte que su siembra está renaciendo y reactivando la economía de la comunidad, así como los cultivos cempasúchil, borla, malinche y siempreviva, flores que no sólo se venden, sino que se han convertido en un atractivo turístico durante la temporada de Día de Muertos.

 

 

La caña es un proceso lento. Tarda entre nueve y 10 meses en estar lista para el corte y venta en los mercados, que coincide con las fechas de Todos Santos. Igual que el cempasúchil, es un distintivo de esta festividad.

En Ciénega, la siembra inicia en enero. Los campesinos seleccionan las cañas que van a sembrar, las cuales “botan” sobre la tierra; a diferencia de otros años, el número de empleados se redujo por la introducción del tractor, que facilita el trabajo y reduce los costos.

En el nudo de la caña está lo que los campesinos conocen como “llemita”, la cual se coloca sobre la tierra; de ahí saldrán los retoños, que pueden ser de cinco a ocho. Cuando alcanza una altura de metro o metro y medio, empiezan a “deshijarlas”; retiran la caña más pequeña para permitir el crecimiento y ensanchamiento de las otras.

 

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Foto: Edwin Hernández

 

“Se le da mantenimiento porque requiere limpias, fertilizante y después vamos y le empezamos a dar la deshijada, es decir, quitar la caña más chica para que las demás se engruesen”.

Lo más costoso, señala Lorenzo Galván, es el agua. “Había lugares donde el agua estaba encima y la caña se daba mucho, pero como ahorita no hay agua, si no riega uno, ya la caña no jala”. Para que prosperen sus cultivos deben recurrir a pozos. A principios de año sufrieron un golpe económico porque el gobierno federal retiró el subsidio a la energía eléctrica, lo que encarece el sistema de riego; sin embargo, lograron recuperar el subsidio tras cumplir con los requisitos que solicitó la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Para Lorenzo Galván, no sólo se trata de sembrar la caña como una actividad económica, también de recuperar las tradiciones y que vuelva a ser un distintivo de la comunidad, al igual que los trapiches.

 

“Ahorita, lamentablemente, somos dos productores de caña, pero hago la invitación a la gente para que se dedique a esto y no se pierdan las tradiciones”.

 

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Foto: Edwin Hernández

 

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