Resguarda fiscalía estatal 25 cuerpos de migrantes fallecidos en Oaxaca; 13 aún sin identificar

De ese total, 16 son de las víctimas de la reciente volcadura de un autobús y los otros pertenecen a personas cubanas, japonesas, venezolanas y africanas, quienes murieron en accidentes

Resguarda fiscalía estatal 25 cuerpos de migrantes fallecidos en Oaxaca; 13 aún sin identificar
Resguarda fiscalía estatal 25 cuerpos de migrantes fallecidos en Oaxaca; 13 aún sin identificar. Fotos: Fernando Miranda
Sociedad 12/10/2023 08:48 Fernando Miranda Actualizada 08:52

Oaxaca de Juárez.– Los cuerpos de 25 migrantes que fallecieron mientras cruzaban territorio de Oaxaca en su intento por llegar a Estados Unidos permanecen resguardados tanto en las instalaciones del Instituto de Servicios Periciales, adscrito a la Fiscalía General del Estado (FGEO), como en la Vicefiscalía Regional del Istmo de Tehuantepec, de acuerdo con datos proporcionados a EL UNIVERSAL. 

Según la instancia de procuración de justicia, 16 de esos cuerpos pertenecen a las venezolanos y haitianos que murieron en el accidente carretero ocurrido la madrugada del viernes pasado, cuando un autobús con 55 pasajeros volcó en los límites con Puebla. De dichas víctimas hasta el momento se han identificado a 12, mientras que aún no se cuentan con los datos del resto. En su caso, actualmente sigue su curso el protocolo oficial para que, tras ser identificados plenamente, se dé paso a su repatriación. 

Los otros nueve cadáveres, precisa la fiscalía, pertenecen a extranjeros en tránsito que fallecieron en el estado, en su mayoría en accidentes, pero que nunca fueron identificados ni reclamados, ni por familiares ni por autoridades de su país de origen. Sumados a las cuatro víctimas del autobús que volcó la semana pasada de las que aún no se tienen datos, en total son 13 los cuerpos de migrantes que permanecen en calidad de desconocidos.

 

 

Volver al hogar 

 

De acuerdo con Bernardo Rodríguez Alamilla, fiscal general de Oaxaca, cuando un migrante muere en el estado su cuerpo es trasladado a los Servicios Periciales, lugar donde se llevan acabo los dictámenes correspondientes, tanto la necropsia que marca la ley para determinar la causa del fallecimiento, como los estudios necesarios para lograr la identificación de la víctima, en caso de que ésta no porte documentos personales, para posteriormente proceder a su repatriación. 

“Ahí es donde se realizan estudios odontológicos, fotográficos, necrodactilares y se toman muestras de ADN, todo esto con la finalidad de poder determinar ese cuerpo en vida a qué nombre respondió, sobre todo porque lamentablemente en muchos de los casos lo cuerpos no cuentan con identificaciones”, dice en entrevista. 

El fiscal explica que lo más deseable en casos como el del accidente carretero, donde hay múltiples fallecidos, es lograr la identificación mediante documentos o familiares que los estén buscando; no obstante, reconoce que esto pocas veces ocurre. 

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Ante ello, el personal del Instituto de Servicios Periciales debe tomar muestras de ADN porque en ocasiones no bastan las fotografías, ni se puede identificar a las víctimas por el rostro, lo anterior por las características que presentan los cuerpos. “A veces están tan lastimados que necesitas una comparativa de ADN, la extraes y la tienes ahí hasta que des con un posible familiar con quien puedas hacer esa comparativa”, detalla. 

Es hasta que se tiene plenamente identificada la identidad de un migrante fallecido, incluida la información sobre su nacionalidad, que se comienza el proceso de repatriación del cuerpo, para lo cual la fiscalía oaxaqueña establece comunicación directa con embajadas o consulados con el objetivo de que las autoridades del país de origen de la víctima puedan reclamar sus restos y que estos vuelvan a su patria y su hogar, proceso en el que se trabaja de manera coordinada con el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). 

“Lo que se busca es ser lo más eficientemente posible, en un primer momento en la identificación y posteriormente en la devolución y repatriación del cuerpo”, explica Rodríguez Alamilla. 

 

Anónimos y olvidados 

 

En los hechos, la identificación de los extranjeros muertos en su tránsito es mucho más compleja, sobre todo porque el fiscal oaxaqueño detalla que en ocasiones no se puede si quiera determinar la nacionalidad de la víctima, un obstáculo que no es menor si se toma en cuenta que en esta oleada migrante el gobierno de Oaxaca ha identificado personas de al menos 16 países, principalmente de Centro y Sudamérica, pero también de ÁfricaMedio Oriente y Asia.

Es entonces que se recurre a las muestras de ADN que se tomaron a la llegada del cuerpo y se inicia la localización de personas que busquen a familiares, tanto en el territorio mexicano como en los distintos países, en caso de que se cuente con su nacionalidad.

“El problema es cuando no se cuenta ni con esta información, Si se tiene, entonces se busca a algún familiar en México con el que pudiera haber estado viajando o se les convoca a través de la embajada y se les pide venir a nuestro país a identificar el cadáver y en su caso concretar la devolución y repatriación”. 

Pero pese a los esfuerzos, muchas veces la identificación no se logra, por lo que los cadáveres quedan en resguardo de forma indefinida. Aunque no hay un periodo establecido, las condiciones de conservación del cuerpo indican el momento en el que éste debe ser finalmente inhumado, lo cual se hace en espacios destinados a tal fin en distintos panteones de la entidad. Ahí, los restos son depositados en tumbas sin nombre, sólo diferenciadas por un folio. 

“Cuando un cuerpo no ha sido identificado y es inhumado tenemos que saber todas las características que nos permitan  identificarlo y saber exactamente donde está sepultado, porque llegado el momento, si aparece una persona que presume que su familiar murió, se hace la comparativa del ADN, por eso tratamos de resguardar la mayor cantidad de evidencias posible”, detalla Rodríguez Alamilla. 

Actualmente, de entre los 25 cuerpos de migrantes que están en resguardo, 13 siguen en calidad de desconocidos, incluidos los cuatro que no han sido identificados tras el más reciente accidente. De otros seis sólo se conoce su nacionalidad, mismos que se encuentran en el Istmo y que pertenecen a tres cubanos, dos japoneses y un africano. 

Además hay otros tres cadáveres de los que hay indicios de la nacionalidad, pero aún no está confirmada, mismos que están en la sede del instituto en los Valles Centrales, dos pertenecen a hombres que se presumen son de Canadá y el tercero es el de una mujer, que podría ser de Honduras o Venezuela. 

Estos cuerpos aún sin nombre, en especial los de origen cubano y el de la mujer, pertenecieron a migrantes que fallecieron en accidentes, los primeros en el naufragio de una lancha y la última en la volcadura de un autobús en febrero pasado. Como ellos, sólo en lo que va del año suman al menos 50 los extranjeros en tránsito que han muerto en siniestros en carreteras del estado, según un recuento hemerográfico hecho por esta casa editorial.

“Desafortunadamente, sí llegan a haber cuerpos olvidados. Todavía tenemos registro de personas que fallecieron en altamar o en una carretera y aún no tenemos una identificación plena de algún familiar o documento que nos permita determinar quién fue en vida”, finaliza el fiscal.

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