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Según la cultura de los pueblos de la región de la Mixteca de Oaxaca, los petates son usados para el descanso de las ánimas, en ella se colocan flores o bien, en vez de silla, las usan para sentarse los que acuden a visitar los altares.
En tanto que los tenates son usados como recipientes para los totopos que se cuelgan o se ponen en las ofrendas; además, en ella se depositan las velas para trasladarlos al panteón durante las veladas.
Nicolás acompaña a sus padres a vender los productos debido a que ya no escuchan bien y les cuesta entender el español.
“Yo hice los tenates, los grandes me llevaron dos días a tejerlos, hice muchos y hasta ahora los traje a vender”, dice la artesana Juana Camarillo Cruz.
En Santo Reyes Tepejillo son las personas de la tercera edad quienes se dedican al tejido de tenates y petates, debido a que muchos de los hijos emigraron a Estados Unidos en los años 90, desde entonces, algunos vuelven sólo en fechas festivos o en ciertas temporadas y luego retornan a su lugar de residencia.
Para acumular sus productos, las personas tejen durante todo el año, principalmente en los meses de mayo a septiembre, en la temporada de lluvias, esto porque en los meses de sequía, la palma no se adapta para entrelazarlo, dicen los artesanos.
“Un petate nos lleva de dos a cuatro días en terminarlo, a veces ni nos resulta, pero es lo único que sabemos hacer. En estos tiempos, los jóvenes ya no quieren tejer, entonces nos esforzamos en tejer”, dice Susana Martínez, originaria de San Miguel Tlacotepec.
Los artesanos piden que al momento de comprar sus productos eviten el regateo, porque son días que se llevan a elaborar los petates y tenates, además de que ya son las últimas personas en elaborarlos.
“Venimos cada año a venderlo, pero comemos todos los días. Las personas ignoran todo el trabajo que hacemos, pero si no lo hacemos nosotros, nadie más lo va hacer, por eso no deben de regatear nuestros productos”, exhorta Susana.