
Mientras tanto, la asociación Amigos del MACO dice que analiza proceder legalmente contra los exempleados, por presuntos desfalcos y malos manejos.
Aclara que los extrabajadores han respetado las actividades del museo y añade que los procedimientos que involucran a la anterior plantilla laboral y a la asociación está en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, así como en tribunales. “Lo que tenemos muy claro es que vamos a respetar el fallo de los tribunales, sea cual sea”, dice.

Asegura que durante la pandemia la exdirectora contrató personal sin presupuesto y sin tener atribuciones para ello. “El conflicto se origina porque se radicaliza la dirección ante la negativa de cerrar el museo, pese a la pandemia, y en algún momento la presidencia determina finalizar la administración”.
Sobre la auditoría del gobierno del estado, Aragón señala que hallaron “muchísimas inconsistencias”, sobre todo de índole económica, así como el cobro de prestación de servicios externos sin contrato. Por ello, dice, están recopilando información para proceder legalmente contra la administración previa.
“Hay muchas omisiones y sobre todo abuso de confianza”, expresa y adelanta que las irregularidades se darán a conocer cuando exista un proceso legal, para que sean las autoridades las que determinen el grado de ilegalidad de los hechos.
Por su parte, la exdirectora Cecilia Mingüer lamenta que las denuncias ante la junta local estén detenidas, así como los procesos legales: “Ya pasamos por un proceso de pruebas, en las que se demostró que la asociación estaba mintiendo en diversos hechos que querían hacer pasar por verdaderos para no pagarnos prestaciones”.
Señala que los extrabajadores buscan la reapertura de un museo justo. “Lo vemos como a la deriva, cimentando su apertura en más atropellos”. Junto con el reinicio de operaciones, acusa, se inició una campaña de desprestigio en su contra.

Además, niega que exista una auditoría. “Sospechamos que fue solamente para desentenderse de las obligaciones que tienen con proveedores, trabajadores y colaboradores, así como para hacernos desistir de las denuncias que hemos iniciado”.
A los proveedores de la tienda, dice, les regresaron parte de sus pertenencias, pero no les pagaron las ventas; tampoco a proveedores externos.
En los dos días que fueron a manifestarse al museo, afirma Mingüer Vargas, los expempleados fueron amedrentados por policías —una de ellas, armada— y por el nuevo director, quien incluso “mostró una actitud clasista” contra un visitante, al que le negó la entrada.
“La situación del museo también afecta a la comunidad de Oaxaca al haberlo tomado como lo hicieron”, añadió.
El museo está abierto de 10 de la mañana a tres de la tarde.