Tras el ataque, dijo, se dejó de cuestionar por qué le sucedió a ella y se preguntó para qué, por lo que desde entonces se sumó a una lucha para visibilizar casos como el suyo.
“Para darles voz a las que no tenían y buscar justicia, porque un ataque con ácido es lo más vil que hay, es matarte en vida y el ácido es solamente el inicio de todo el dolor que se avecina para tu cuerpo. Y quiero que quede claro, es sólo el principio del fin, son procesos y tratamientos interminables, costosos y dolorosos”, expresó.
Explicó que sería aquella que pretenda causar daño físico o alguna discapacidad mediante la acción de arrojar ácido, álcalis, sustancias químicas corrosivas, cáusticas, irritantes, tóxicas, inflamables, líquidas o altas en temperatura, o cualquier otra sustancia que pueda provocar lesiones internas y/o externas.
“Sin perjuicio de lo previsto en el artículo anterior, serán agravantes de la pena los casos siguientes: cuando cause deformidad o daño permanente, entorpezca o debilite permanentemente una extremidad o cualquier otro órgano; [lo expuesto] aumentarán en un tercio la pena”, detalló la diputada.
La saxofonista María Elena Ríos, víctima de ataque con ácido en Oaxaca, enfatizó que en la calle "están matando a las mujeres con ácido, gasolina, cables de alta tensión o con alcohol".
Elisa Xolalpa, atacada en la alcaldía Xochimilco, señaló que el juez que llevó su caso la sentenció a un proceso de tortura y violencia, en el que también se quiere dejar en libertad a su agresor.