Yoari, Patricia y Paula, 3 creadoras buscan retratar, desde la ternura, qué es ser una mujer zapoteca
Con el documental Se elige/ Na racala’dxe, Yoari López y Patricia Matus entran a primera fase de programa de apoyo del Imcine
Oaxaca de Juárez.— Alma Yoari López y Patricia Matus Alonso, comunicadoras y realizadoras audiovisuales feministas, fueron seleccionadas para recibir el Estímulo para la Creación Audiovisual en México y Centroamérica para comunidades indígenas y afrodescendientes (ECAMC) 2021.
El documental Se elige/ Na racala’dxe, uno de los seis proyectos de Oaxaca seleccionados en la convocatoria de este año, fue con el que las documentalistas entraron a la primera fase del estímulo, que impulsa el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), dependiente de la Secretaría de Cultura.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Yoari precisa que desde su formación universitaria mostró afinidad a la realización de documentales; tras haber cursado la licenciatura en Comunicación, se capacitó en el programa Ambulante Más Allá, dirigido a documentalistas de comunidades indígenas.
Asimismo, participó en el programa CCC con Patas, impartido por el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC). “Ambos son similares, pues están dirigidos a quienes queremos hacer cine, pero no tenemos los recursos suficientes para formarnos en ello”, señala.
A pesar de que la pasión por el cine documental siempre la movió, Yoari supo que era muy difícil vivir del séptimo arte y lo abandonó por otros proyectos. Actualmente, reconoce, cineastas oaxaqueñas indígenas —como Ángeles Cruz— están reabriendo las posibilidades para las mujeres creadoras.
Foto: Cortesía
Tras siete años de pausa en el quehacer cinematográfico, Yoari encontró en la antropóloga Patricia Matus, con quien tiene una amistad cercana, la motivación para volver a incursionar en los documentales.
“Ella estaba haciendo una tesis para su maestría en Antropología, donde escribía y narraba historias de mujeres zapotecas del Istmo. Leyendo la tesis, conocí la historia de Paula [y] le dije: ‘Tenemos que hacerlo documental’ (...) Siento que el cine tiene un alcance muy poderoso y que es más democrático, pues no necesitas saber leer para que los mensajes lleguen”, dice.
Poder contar historias de mujeres desde su propia realidad como feministas y que, además, se reconocen como zapotecas, fue el motor que las animó a participar en la convocatoria que lanzó Cultura.
“Creo que otras mujeres nos han inspirado. A veces no tenemos referentes inmediatos… son nuestras madres y abuelas quienes nos dan las raíces, pero en los medios nos bombardean con historias de éxito que refieren a hombres en contextos occidentales o mujeres blancas.
“Por eso, desde el documental queremos contar nuestras propias historias y que no sea necesario que alguien de afuera nos venga a observar o a folclorizar”, añade.
Durante los últimos años, el cine indígena ha retomado fuerza, por ello, reitera, esta es una gran oportunidad.
La convocatoria del Imcine está dirigida a realizadores indígenas y, por primera vez, está organizada en dos etapas: una que refiere a un periodo de formación en talleres para fortalecer las historias y otra en la que se elegirán 10 proyectos para ser financiados.
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“Todas las historias que están concursando son súper valiosas (…) Nuestro caso busca dar difusión a las vidas de las mujeres que suceden en las comunidades y en lenguas indígenas, por eso, nuestro documental será en zapoteco”, apunta.
El estímulo de la convocatoria, en el caso de que el documental de Yoari y Patricia sea seleccionado para esta fase, consta de 350 mil pesos.
Sin embargo, si no ganan, la difusión del proyecto podría permitir conseguir fondos para realizar la cinta.
Foto: Cortesía
Una mujer que lucha
“La historia es muy poderosa”, sostiene Yoari, quien junto con Patricia puso la mira en la vida de Paula Ya’ , una joven zapoteca, originaria de Álvaro Obregón, en el Istmo de Tehuantepec.
El contexto en el que Paula vive y crece es en el de la lucha y resistencia de su comunidad, para evitar que se instalaran ahí los parques eólicos.
“Su comunidad logró defender su territorio y ese suceso histórico enmarca la historia de la comunidad y las pobladoras como Paula, quien, a sus 23 años, ha decidido quedarse en su comunidad, porque se da cuenta que ella es su comunidad y gracias a la lucha de otras personas, puede disfrutar de ese legado”, señala.
Paula es una joven poeta y activista que se apropia de su cultura desde su lucha en diferentes proyectos que tienen lugar en el Istmo de Tehuantepec, en donde, además, prevalece la violencia de género.
Para Yoari es importante plantear una realidad de violencia, en un contexto que se suele romantizar en el cine: “Se habla del matriarcado en municipios donde están matando a las mujeres. Todos los días hay mujeres luchando por sobrevivir y Paula encarna todo eso.
“Queremos hacer un retrato desde la ternura, que a las mujeres activistas se les deje de calificar como violentas y se les mire como personas, seres humanos que se relacionan con sus madres, amigas y hermanas”.
Foto: Roselia Chaca
Paula es poeta y todo lo plantea desde la belleza del lenguaje y sus habilidades con el don de la palabra.
Cuando la joven supo que su vida podría estar en el documental, aceptó participar mediante una dinámica horizontal, en la que las tres mujeres participan para mostrar un retrato digno de ella.
“La perspectiva del cine feminista nos permite reconocer las violencias y opresiones que mujeres como Paula o como nosotras hemos vivido.
“Pero también nos permite reconocernos y nombrarnos, que no se nos considere como cifras, sino como mujeres con un rostro y una historia. No queremos nombrarnos como víctimas, sino como creadoras”, resalta Yoari.
Asimismo, las creadoras piensan en el documental como una posibilidad de inspirar a que otras mujeres sigan adelante con sus proyectos personales, pues para muchas de ellas, la producción audiovisual pareciera inaccesible.