Guelaguetza de luces, bailes, selfies… y sin maestros
Guelaguetza de luces, bailes, selfies… y sin maestros
“¡Por acá, por acá, una foto por acá!”. No bien terminaba el personaje de salir del sanitario, cuando ya lo asediaban. Fotos por aquí, celulares por allá; selfies acá, recuerdos por allá.
“¡Mira gobernador!, ¿te acuerdas de él? Nos conocimos en una gira”… Saludos de varones, lo mismo que de mujeres. De niños, adolescentes y adultos; de bailarines que vinieron del interior del estado. Alejandro Murat sonreía, accedía, en una tarde nublada llena de música y color.
Una mirada por acá, una sonrisa por allá, un saludo más. Noche de luces, de miles de celulares que se robaron el espectáculo de la Guelaguetza.
“¡Uta!, ¡no hay pinche señal de celular!”. El sufrimiento en el auditorio del cerro del Fortín no fue por la lluvia, el sol, el viento o la incomodidad de los asientos. Fue por la lentitud en el internet de telefonía celular.
“Cabrón, ya quiero compartirlo en Feis, ¡está padrísima la fiesta!”. Nacionales, extranjeros, oaxaqueños divididos en dos partes en cuatro palcos, todos con teléfono en mano. Todos con angustias tecnológicas.
Con alegrías también por el espectáculo folclórico cuya segunda edición del Lunes del Cerro inició a las 17:00 horas y culminó pasadas las 21:00 horas. Espectáculo multicolor en el centro del auditorio, con luces y bailes. “Son Calenda” de por medio, que puso a bailar al gobernador y su esposa.
Fuegos artificiales que cruzaron el cielo capitalino, y que hicieron olvidar al magisterio. “¿Y dónde están los maestros que iban a boicotear la fiesta? Ya ni la chingan, ni a su propia tierra quieren”…. Los comentarios a la salida de un lunes con sabor oaxaqueño para el mundo.