Empezó como rotulador, hoy es experto en el lienzo

Marco Cortés busca posicionar su obra, actualmente es aprendíz de Demián Chávez

Marcos se formó no solamente a base de la práctica, sino también a través de la investigación y la consulta bibliográfica; admite que lo más difícil para él es la superviviencia y la persistencia. Foto: Edwin Hernández
Especiales 25/04/2018 11:00 Christian Jiménez Oaxaca de Juárez, Oaxaca Actualizada 11:02

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Para el artista plástico de 24 años, Marcos Cortés Pérez, quien aprendió técnicas pintóricas cuando se desempeñaba como “chalán” de rotulista, cualquier persona puede pintar, lo difícil está en subsistir en el mundo del arte.

Desde muy pequeño, Marcos se interesó en este mundo. Empezó a incursionar en la pintura por influencia de su hermano mayor.

Su hermano es rotulista y en sus ratos libres hacía cuadros y consultaba libros artísticos  de una extensa colección privada. Fue en ese acervo donde Marcos encontró el interés por el arte, logrando pintar su primera obra a los 19 años.

“Mi hermano fue una gran influencia para mí… yo le iba a ayudar, fui su ‘chalán’ (ayudante), y trabajando con él aprendí habilidades como la firmeza en el trazo… empecé a mezclar colores y después tomé mi propio camino”, recuerda.

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Formación autodidacta

Marcos se formó no solamente a base de la práctica, sino también a través de la investigación y la consulta bibliográfica, además de la consulta de videos y exposiciones. Poco a poco, su interés fue creciendo y empezó a inscribirse a cursos de técnicas, como la hoja de oro y disciplinas del arte.

Recuerda haber empezado su camino en el arte dedicándose al dibujo, específicamente al de retratos. El primero que realizó fue una pintura sacra a la que tituló: “La ascensión de la virgen María”, en óleo; su primer cuadro fue un regalo a su mamá.

Sobre su entorno familiar, asegura sentirse afortunado, pues  a pesar de que no pertenece a una familia donde otros miembros se dediquen a esta disciplina, sus padres respaldaron su decisión de dedicarse por completo al arte.

“Me dejaron ser libre… tal vez no hubo apoyo económico, pero sin duda hubo apoyo emocional… y ese ha estado ahí siempre”, resalta Marcos.

Actualmente, es parte de los 25 estudiantes que fueron aceptados en las clínicas de arte contemporáneo que imparte el artista Demián Flores en La Curtiduría, proyecto ubicado en el barrio de Xochimilco, que el artista plástico inició hace algunos años.

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La oportunidad de asistir al curso surgió a través de las redes sociales, luego de que Marcos asistió a una ponencia en la Curtiduría. Posteriormente, se enteró de la convocatoria, se inscribió y pocos días después fue seleccionado.

“En el curso hay personas de mi edad, mujeres y hombres, pero también hay personas mayores. Algunos son psicólogos, arquitectos, ingenieros y eso, en lugar de dividirnos, sirve para nutrir nuestros conocimientos”, sostiene.

Lo más difícil para él en este entorno es la supervivencia y la persistencia. Sin embargo, explica que las habilidades para pintar, el talento innato, determina la esencia de las obras.

Para Marcos, el arte va de la mano con las experiencias diarias. Sentado en la mesa donde recibe cátedra de Flores, señala que con el tiempo su propuesta ha cambiado de la mano de su manera de pensar sobre el arte: “siento que voy evolucionando, soy un poco más crítico y más comprensivo de las nuevas disciplinas que, a veces, nos parecen extrañas”, señala.

Su formación actual le ha permitido conocer la litografía y la gráfica, y a futuro planea incursionar también en la escultura y los medios digitales. Marcos define su trabajo actual como “abstracción orgánica” y precisa que se basa en elementos de la naturaleza para crear sus obras, plasmando formas esquematizadas de lo que existe en el entorno natural.

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Sus cuadros tienen formas de hojas y hacen referencia a elementos de la naturaleza, como la tierra y el aire, a Marcos le atrae plasmar los tonos verdosos.

Sobre su proceso de creación, apunta que, para él, pintar es un ejercicio de absoluta libertad, con jornadas diurnas y nocturnas, sin restricción de tiempo y tampoco de creatividad, pues toma elementos de inspiración de lo que vive en el día a día, e inicia “con lo que tenga a la mano”, lo mismo un pincel o un clavo, para empezar a marcar el lienzo de trazos a los que, poco a poco, dará forma después.

Su trabajo está muy inspirado por la obra del oaxaqueño Rufino Tamayo, quien asevera que “es gran influencia para todos los artistas plásticos contemporáneos”.

Sin embargo, una de sus más grandes influencias es el pintor alemán Mark Rothko, quien basa su obra en expresiones de color, a las que Marcos considera “sutiles como la poesía”.

 “Las influencias son grandes… pero a partir de ellas es importante hacer nuestro propio camino”, afirma el pintor.

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Además, opina que actualmente no hay propuestas sólidas de arte contemporáneo en el estado, pues históricamente hay técnicas tradicionales por las que el arte oaxaqueño se ha dado a conocer.

“No hay una propuesta actual, pues estamos acostumbrados a seguir la tradición y no hacemos propuestas que involucren, por ejemplo, a la tecnología… tendríamos que salir de lo tradicional”, recalca Marcos.

Además, insiste en que la educación, desde la niñez, ha dejado de lado la educación artística, lo que impide que las nuevas generaciones se formen críticas sobre las corrientes de arte.

Recientemente,  se expuso la obra de Marcos en una colección de 14 piezas de diferentes formatos y diferentes técnicas como mixtas, óleos y pigmentos, con las formas orgánicas como tema principal, en la Casa de la Cultura Oaxaqueña (CCCO) y anteriormente en el ayuntamiento capitalino.

Sobre las oportunidades de dar a conocer su trabajo, lamenta que el arte en Oaxaca esté ligado a las relaciones con otros artistas o ciertos círculos de influencia para difundir las nuevas propuestas. “Si estás solo, si no conoces a nadie, tienes que abrirte camino picando piedra”, finaliza.

 

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