Artistas miran a la muerte "con cariño" en el Festival Encuentro de Almas
Reúnen sus obras en el Festival Encuentro de Almas cuyo objetivo es exponer una mirada colectiva de México
La muerte como elemento unificador: frente a la pérdida, los recuerdos, los sitios comunes y últimos dispuestos, en la celebración y en la festividad, y también en el arte. La muerte que aglutina a un grupo diverso de jóvenes artistas en una ex hacienda de Oaxaca vuelta del más allá para hacer un nuevo centro cultural.
Más de dos decenas de artistas plásticos, fotógrafos, músicos y actores participan en el Festival Encuentro de Almas, dedicado a la festividad del Día de Muertos y que adorna a la muerte.
“Hay una parte cariñosa por la forma en que nos dirigimos a la muerte desde nuestros seres queridos o de algo que ya no está, pero que siempre lo recordamos. La reconocemos cada año, pero siempre la adornamos”, expresa Claudia Méndez, una de las artistas que participan de la exposición colectiva “A la Muerte con cariño” y en el “Zompantli litográfico”.
Ambos eventos cuentan con la participación de alumnos y ex alumnos de la Academia de San Carlos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), bajo la dirección del profesor Rafael Sepúlveda.
El festival se inauguró este sábado 27 de octubre en la ex Hacienda San José, un nuevo centro cultural ubicado en Santa Maria Atzompa, a 30 minutos de la capital.
Participa también el maestro Shinzaburo Takeda con la instalación colectiva “Ofrenda a las Mujeres”, con alumnos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO); el artesano de San Jacinto Amilpas, Tomás Bernal Cruz, con la exhibición de una catrina de carrizo; la exposición fotográfica “Encuentros con la nada”, del colectivo Proceso Abierto, y la obra de teatro “La airosa teoría de una nube”, entre otros.
La temática se generó porque el espacio, explica el artista plástico Jesús Montalvo, se inaugura junto con las actividades y festividades del Día de Muertos y se trata, agrega Claudia Méndez, de una forma colectiva de mostrar cómo vemos a la muerte en México.
“De alguna forma, es verla con cariño porque la reconocemos cada año, estamos todo el tiempo adornándola”, dice el artista.
Explica que muchas de las obras terminan reconociendo que no todo lo que tiene que ver con la muerte es necesariamente trágico, sino que en México se le venera con el cariño con el que se recuerda a los seres queridos cuando tuvieron vida, y eso es parte de lo que plasmaron en sus obras.
Jesús Montalvo advierte que en la exposición pueden apreciarse las diferentes formas en que los artistas también la contemplan: como un guía para el más allá, un hombre-tiempo en la plaza pública mientras la calaca lo acecha, el cráneo que se disgrega como un mándala para recordarnos lo cíclico de la existencia, dos esqueletos vivientes que juegan con animales, como la muerte con la vida o la escena trágica y bella que da durante la velación.
O como en el “Zompantli litográfico”, que detalla Claudia Méndez, egresada de la ahora Facultad de Artes y Diseño de la UNAM: “Son piezas que retoman desde alguna parte de leyendas aztecas, algunas que simplemente exploran el cráneo desde la ausencia o desde el adorno”. Para ello, explica, algunos meten insectos o flores y, en parte, relacionado con la catrina, otros se meten a aspectos numerológicos, de curvas, líneas, puntos, “de lo que finalmente se trata es de recurrir al aspecto físico o visual del tzompantli”, dice.
Por ello, dice, al igual que cada artista representa de forma personal, la muerte también recurre a diferentes técnicas para presentar su obra, como óleos, acrílicos, litografías, gráfica y dibujos.
