En 7 años, 17 masacres en Oaxaca y apenas un detenido
Conflictos agrarios han causado cinco multihomicidios con 33 víctimas, desde 2016 hasta agosto pasado; en sexenio anterior fueron 12
“Son cerca de las nueve de la mañana del 8 de agosto, Catalino José Ventura apura el paso para llegar a la tienda de Liconsa, la cual atiende por encargo de la comunidad de Vista Hermosa, agencia municipal de San Juan Ñumí y una de las siete localidades que conforman el núcleo agrario de Santo Domingo Yosoñama. A punto de llegar a la tienda, fue interceptado por uno de los habitantes de la comunidad.
—Sucedió algo en el camino de Tezoatlán, por ese rumbo de Huajuapan, le dijo
—¿Y qué pasó? Inquirió Catalino.
—Pues dicen que mataron a todos los que iban en un taxi. ¿En cuál va tu esposa?
—Pues llegó Laco (apodo con el que identificaban al taxista Elías Vásquez).
—Pues dicen que a Laco lo mataron.
Catalino quería llorar, pero reaccionó y con esperanzas caminó con rapidez a la tienda que cuenta con teléfono para pedirles que llamaran al celular de su esposa Cecilia. Tenía la esperanza que respondiera y le dijera que ya estaba en Huajuapan.
Fue entonces cuando un vehículo que avanzaba recio se acercó y uno de los ocupantes lo llamó con señas.
—Por favor, busca el acta original de Adelaida y la de Cecilia. Ni modos, perdimos a dos de nuestra gente, le soltaron.
Estas palabras sepultaron cualquier respuesta de Catalino, Adelaida y Cecilia eran los nombres de su hija y su esposa. Atribulado, retomó el camino hacia su casa. Cuando encontró los documentos subió al vehículo, que lo llevó hasta el paraje donde ocurrió el crimen, donde muchos se amontonaban para ver el taxi baleado y a las víctimas de la emboscada.
“Acabaron, barrieron con mi familia, que era todo lo que tenía. Yo estoy incapacitado, desde 2012 mi esposa me cuidaba económica y físicamente, porque yo ya no puedo trabajar”, se lamenta Catalino.
Su esposa Cecilia José Hernández y su hija Adelaida fueron asesinadas por un comando en una emboscada en el paraje Rancho Señor, sobre la carretera que comunica a las poblaciones Santa Catarina Yutandú y Tezoatlán de Segura y Luna.
En total fueron seis personas las asesinadas: cuatro mujeres y un menor de 10 años, además del taxista Elías Vásquez, cuya viuda está segura que el móvil del crimen es el conflicto agrario entre Santo Domingo Yosoñama y San Juan Mixtepec.
De diciembre de 2016 al 28 de agosto pasado se han registrado cinco multihomicidios o masacres que han dejado 33 víctimas mortales; en una de las primeras líneas de investigación apunta los conflictos por límites de tierra.
Quince días antes de los hechos en Rancho Señor, el 16 de julio, 13 personas de Santa María Ecatapec, en la Sierra Sur, fueron asesinadas en los límites de San Lucas Ixcotepec, población con la que mantienen una disputa agraria.
A estas dos masacres se suman otros tres casos en 2017: el asesinato el 30 de enero de cinco personas en San Francisco Jayacaxtepec, a manos de las autoridades municipales. A los cuerpos se les prendió fuego, se les arrojó a un barranco y se les localizó dos meses después.
Después, cinco hombres, entre ellos dos menores de edad, originarios de San Pedro Mártir Quiechapa, fueron asesinados a manos de sus vecinos de Santiago Lachivía, y en junio pasado cinco mujeres fueron acribilladas en el paraje Tres Cruces, también supuestamente por el conflicto agrario entre Santo Domingo Yosoñama y San Juan Mixtepec, el mismo por el que mataron a la esposa y la hija de Catalino.
Los crímenes permanecen impunes. A excepción de San Pedro Mártir Quiechapa, en el que la Fiscalía General detuvo al agente municipal de Santiago Lachivía, Paulino Vásquez Miguel; en el resto, no hay ningún detenido.
Conflictos que perduran
En el sexenio de Gabino Cué se registraron 12 masacres presuntamente relacionadas con conflictos agrarios, que dejaron 70 víctimas, Entre ellas el asesinato de 11 personas, que después fueron calcinadas, también en los límites entre Santo Domingo Yosoñama y San Juan Mixtepec, donde el pasado 8 de agosto hubo otra masacre.
De esos 12 multihomicidios, cinco se cometieron en los primeros 21 meses de Cué y dejaron un total de 28 víctimas mortales, según un recuento realizado por EL UNIVERSAL, por lo que la incidencia de estos crímenes en dicho periodo de la pasada administración es similar al de la actual.
Los móviles de esas masacres abarcaban desde conflictos limítrofes hasta poselectorales, como el primero de ese sexenio, cuando el 14 de mayo de 2011 fueron emboscadas y asesinadas 10 personas en Santiago Choapam, o el asesinato de cinco indígenas mixes el 25 de julio, en los límites de San Lucas Camotlán y San Miguel Quetzaltepec.
El presidente del Colegio Oaxaqueño de Abogados y Profesionistas en Materia Agraria, Carlos Moreno Derbez, sostiene que no se puede afirmar que todas estas muertes estén relacionadas con conflictos agrarios y que es probable que se deban a otros factores, como la delincuencia y el trasiego de drogas. Asegura que tampoco se trata de hechos aislados que no representen obstáculos a la gobernabilidad del estado, como ha asegurado en todos los casos el gobierno de Oaxaca.
Históricamente, dice, la tenencia de la tierra ha sido un rasgo característico de los conflictos, enfrentamientos y actos de presión; los cuales, dice, requieren de atención permanente con sentido de justicia social y respeto a los derechos humanos colectivos. Sobre todo, una política para prevenir que derivado de las disputas agrarias continúen registrándose más muertes.
EL UNIVERSAL solicitó a la Fiscalía General información sobre los avances en las investigaciones de las cinco masacres, presumiblemente por conflictos agrarios, pero no se obtuvo respuesta.