Ante la incertidumbre, subió más de 50% costo de estancias infantiles
Por cese de apoyo federal, cuotas se incrementaron y en algunos casos se cubren en especie; cerraron 14 guarderías de la entidad en los últimos 3 meses.
Cooperar con un kilo de frijol, arroz o una bolsa de azúcar, entre otros alimentos o productos de limpieza se convirtió en parte del “pago voluntario” que madres de familia realizan para que sus hijos puedan permanecer bajo el cuidado de las estancias infantiles que pertenecían a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Desde enero, los nueve mil 300 espacios de este tipo que existen en el país operan sin el subsidio de 950 pesos que ofrecía el gobierno federal por cada niño, lo que implicó que madres de familia asuman un costo mayor por estos servicios o, en otros casos, renuncien a estos.
Paloma Domínguez, madre soltera de 22 años, está preocupada. Su salario como secretaria es de mil 600 pesos al mes y es insuficiente para cubrir una nueva cuota por el cuidado de su hija de dos años, este mes lo cubre en abonos.
El retiro del apoyo por parte de lo que ahora es la Secretaría de Bienestar significó un fuerte desequilibrio en su economía, pero si las 224 estancias que hay en Oaxaca cierran será peor: no podría pagar un servicio particular. La abuela de su hija también trabaja, por lo que no es opción para el cuidado.
De ese total de espacios, 27 se concentran en la región de la Cuenca, al norte de la entidad, de las que 19 se localizan en el municipio de Tuxtepec.
Las responsables de las estancias de Tuxtepec, Keyla Parra Andrés y Verónica Parra Uribe, señalan que antes del cese del apoyo federal, los padres pagaban entre 450 pesos y 600 pesos por el servicio.
Ahora, las nuevas cuotas van de los 650 a los mil pesos, que en muchos casos son impagables para los tutores, por lo que han propuesto que el resto se cubra con insumos y alimentos; no obstante a esas opciones, en la región ya se registró la clausura de dos espacios.
Las estancias que permanecen en funciones operan con menos de la mitad de los asistentes: espacios que contaban con 44 menores ofrecen el servicio a 19 niños; los de más de 30, apenas tienen unos 10; el resto opera al 50%.
“Lo único que queremos es saber cómo vamos a caminar, estamos a ciegas, no hay reglas de operación, nadie nos habla claro”, dice Verónica, la representante del grupo de mujeres que cuentan con estancias de hasta 12 años de antigüedad.
En estos lugares también hubo recorte y ajuste en horarios del personal; algunas sólo recuperarán el costo de la renta del inmueble, por lo que esperarán hasta finales de febrero para definir el destino de estos espacios. Agrega que de las 224 estancias infantiles en Oaxaca, sólo siguen en operaciones 210, pues en los últimos tres meses el resto comenzó con procesos de baja por distintas observaciones.
“Ya sentimos la Cuarta Transformación, en la que en busca de acabar con la corrupción se afecta a los niños y mamás”, expresa Verónica con enfado, quien está a favor de las auditorías y dar fin a las malas prácticas, pero “sin afectar a quienes sí trabajamos”.
Entre las irregularidades que la subsecretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, dio a conocer que se detectaron es que se entregaban subsidios para niños que no existían en las listas o que no cumplían con los requisitos para recibir el servicio. En otros casos, las estancias cobraban por encima del subsidio que el gobierno otorgaba.
Además, el Secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, también dio a conocer que se detectó que algunas estancias se abrieron para beneficio de empresarios, las cuales operaban con poca opacidad.
Por esas razones, entre otras, el apoyo a las madres trabajadoras será de manera directa, por una cantidad de mil 600 pesos bimestrales, quienes además, podrán elegir entre enviar a sus hijos a una estancia u otorgar el dinero para el cuidado de los menores por parte de un familiar, anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Keyla, que lleva una estancia desde 2007, cuando comenzó el sistema de guarderías, le da la razón. Dice que constantemente se realizaban revisiones por parte de Sedesol. “Cada peso que nos daban debía ser justificado. Nos realizaban supervisiones para demostrar que cumplimos con condiciones de infraestructura, protección civil, alimentación y programas educativos”, enlista la mujer, quien junto con responsables de la Cuenca participó en la protesta que las representantes de todo el país realizaron el 4 de febrero en la Ciudad de México.
“Somos personas capacitadas. Aquí se brinda una buena alimentación, los estimulamos en su crecimiento físico y de conocimientos, los cuidamos, somos el apoyo de las mamás y eso es lo que no ven”, recalcan las responsables.