Equipados con un horno eléctrico --que usan también para elaborar pan bolillo, de dulce y de repostería--, iniciaron la jornada desde temprana hora, desde amasar la harina hasta preparar los muñecos de plástico, las charolas y demás ingredientes para el tradicional alimento que se disfruta principalmente cada 6 de enero.

Éstas pueden adquirirse en las instalaciones de la DEMA, en la colonia Antiguo Aeropuerto del municipio de Santa Lucía del Camino, conurbado a la capital, asimismo, los pedidos son recibidos vía telefónica o a través de las redes sociales.

La tarea en el reclusorio es intensa, y el ir y venir de los adolescentes panaderos es incesante, mientras que don Ulises supervisa la calidad del producto, así como el tiempo preciso del horneado, además de la decoración respectiva.
“Me animé a venir, porque pues uno tiene que compartir también lo que sabe; en el caso de estos muchachos, con más razón hay que apoyarlos”, expone.
Desde hace algunos años, el DEMA, con alrededor de 45 internos, cuenta con una panadería que elabora productos alimenticios que a su vez se consumen no solamente en ese centro de internamiento, sino también se envían a otros reclusorios cercanos, como el de Santa María Ixcotel, para consumo de los internos.

De acuerdo con el Gobierno del Estado, ese taller, como otros que se promueven en dicho centro, buscan la reinserción de los adolescentes a la sociedad, a través de un modelo penitenciario que privilegie el aprendizaje de una actividad que en el futuro les podrá garantizar un ingreso familiar.