Salina Cruz, la pandemia no para al único puerto petrolero del Pacífico

En el único puerto del litoral del Pacífico los buques siguen cargandohasta mil 200 barriles de petróleo crudo o gasolina para surtir los puertos del norte

Salina Cruz, la pandemia no para al único puerto petrolero del Pacífico
Fotos: Cortesía
Estatal 07/04/2020 13:06 Alberto López Salina Cruz, Oaxaca Actualizada 14:21

Las maniobras en el patio de los contenedores son incesantes. En este espacio de 65 mil metros cuadrados, con la ayuda de grandes grúas, empleados empujan y acomodan las enormes cajas de acero. A veces, son brigadas de ocho obreros y  pueden ser muchos más.

'El Aries', uno de los buques petroleros, transporta en promedio  150 contenedores al mes en las aguas del Pacífico, desde las instalaciones de la Administración Portuaria Integral de Salina Cruz (Apisal) hasta el puerto de Mazatlán, Sinaloa. Las cajas de acero con productos químicos que llegan procedentes de Pajaritos, un complejo petroquímico  al sur de Veracruz.

Al costado poniente, la actividad tampoco cesa, pues no se ha detenido la entrada de los buques que cargan hasta mil 200 barriles de petróleo crudo o  gasolina para surtir los puertos del norte. En este puerto petrolero, el único del litoral del Pacífico, nadie se detiene, ni siquiera por la pandemia.

Las instalaciones de Salina Cruz  siguen funcionando, pese a la declaratoria de Emergencia Sanitaria del gobierno federal. 

Las brigadas de obreros limpian las bodegas de la Administración Portuaria que, desde diciembre del año pasado, dejó de pertenecer a la Secretaría de Comunicaciones y  Transportes (SCT) y pasó a formar parte del proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.

En otra zona, unos 40 trabajadores se alistan   para recibir un cargamento de 23 mil toneladas de azúcar que se enviarán  a San Diego, California, en Estados Unidos.

Administrativamente, se labora bajo  restricciones impuestas por la Federación ante la contingencia  por el coronavirus. Personal del Instituto Nacional de Migración, Fitosanitario y de Sanidad Internacional, por ejemplo, aplican los protocolos ordenados por las autoridades federales.

Pero no sólo el puerto mantiene su ritmo, Petróleos Mexicanos (Pemex) adoptó medidas, como la instalación de filtros sanitarios, con el fin  de mitigar contagios.  Además, personal mayor a los 60 años, embarazadas y aquellos con enfermedades que inhiben su sistema inmunológico pueden laborar desde  sus casas.

 Mientras,  en las instalaciones con más trabajadores, como la refinería Antonio Dovalí Jaime y la Terminal Marítima, personal de las áreas de Servicios Preventivos de Medicina del Trabajo, Vigilancia y Seguridad Física, con apoyo de la Guardia Nacional y la Secretaría de Marina (Semar), implementan filtros sanitarios que incluyen desde  interrogatorios  hasta la toma de temperatura corporal.

 

puerto_salina_cruz_dos.jpg

Foto: Cortesía

El contraste

Afuera de las instalaciones del puerto petrolero, en la ciudad de Salina Cruz, la vida es diferente. Las calles se ven despejadas. 

Que esta ciudad esté en pausa se debe a que la autoridad municipal aplicó una serie de restricciones para reducir al máximo la movilidad de las personas.

“Se ordenó el  confinamiento de las personas en sus domicilios y  se suspendieron todos  los eventos de playa en  Semana Santa”, explica el alcalde, Juan Carlos Atecas Altamirano.

Asegura que, desde que comenzó la contingencia, se reforzó la distribución de agua en las colonias altas donde no llega el servicio, por lo que a diario se entregan  unos 100 mil litros.

Los dueños y choferes de los autobuses de transporte urbano se sumaron a las acciones de prevención, con tareas de limpieza en las calles, y los cobradores entregan a cada usuario un poco de gel antibacterial al subir y bajar de la unidad.

Asimismo, lo hace personal del ayuntamiento en el mercado Ignacio Zaragoza a quienes asisten a comprar sus alimentos.

En realidad, pocas personas salen de sus viviendas y lo hacen   sólo para comprar lo indispensable; también se restringieron las visitas a los cementerios. 

Para el servicio de inhumación, la policía vigila que solamente ingresen 10 personas. La idea, explica Atecas Altamirano, es reducir la velocidad del contagio.

Comentarios