En la sala donde antes Edward jugaba a diario y donde aún queda uno de sus triciclos, sus padres aseveran que estos meses han sido un verdadero infierno. Daniela, con lágrimas en los ojos pide comprender que un hijo no se reemplaza con dinero.
Edward es el fruto de la relación que Daniela y Hussein, de 27 años, iniciaron cuando estudiaban la carrera, ambos son ingenieros y se conocieron a través de sus hermanos menores, quienes tienen una amistad añeja.
Hussein estudiaba en Puebla pero la situación económica de su familia lo obligó a cambiarse a una universidad en la capital del estado. Fueron novios durante toda la carrera, y al terminar, Daniela supo que esperaba a Edward. "Nos dio miedo al principio, pero mi hijo para mí fue primero... siempre lo cuidé y siempre estaba conmigo", recuerda ella.
Fue una noticia inesperada, pero bien recibida. Para mejorar sus finanzas, la pareja vendía cuernitos rellenos y mientras Hussein trabajaba en una constructora, Daniela se dedicó de lleno a su pequeño.
"Todo lo hacíamos por él, queríamos tener una casa y darle todo lo que él soñaba", dice Hussein. En Telixtlahuaca, la familia es conocida por estar siempre juntos y por iniciar la crianza de cerdos, para proveer su hogar.
Sobre aquel domingo en el que su vida llena de alegrías compartidas con su hijo, dio un giro total, recuerdan que fue un día familiar, nunca esperaron que tras un accidente, como el que, insisten, le puede pasar a cualquiera, perderían a su único hijo. La tragedia llegó el 27 de noviembre de 2017. Y de ahí otra lucha, entre lágrimas y exigencias, para demandar justicia. Y para enfrentarse al gremio de médicos, que defiende a Luis Alberto P. M.