Dobles pensiones de sindicalizados ahogan a la UABJO
Una de las principales razones de la descapitalización de la universidad es la falta de una reforma al sistema de pensiones de la universidad que modifique las condiciones, montos y requisitos de las pensiones para la generación afiliada, sin afectar a los pensionados y a los trabajadores en activo que tengan derechos adquiridos
Trabajadores de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) tienen dos pensiones: una del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y otra jubilación por parte de la universidad, reveló un informe realizado por investigadores de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA).
El personal de esta casa de estudios, al estar afiliados al IMSS, cotizan en el régimen obligatorio y por tanto tienen derecho a los ramos de seguro; por otra parte, el Contrato Colectivo de Trabajo les otorga prestaciones en especie y financieras, independientemente de las que les da el IMSS.
Entre esas prestaciones está el derecho de recibir jubilación por sus años de servicio al momento de retirarse.
El contralor de la UABJO, Hilarino Aragón Matías, sostiene que una de las principales razones de la descapitalización de la universidad es la falta de una reforma al sistema de pensiones de la universidad que modifique las condiciones, montos y requisitos de las pensiones para la generación afiliada, sin afectar a los pensionados y a los trabajadores en activo que tengan derechos adquiridos.
De acuerdo con el funcionario universitario, contrario a otros sistemas, en la UABJO los trabajadores no aportan a su fondo de pensiones; este se sostiene o es subsidiado con el gasto corriente de la universidad.
Hasta diciembre de 2016, explica, se contaba con una reserva de 110.6 millones de pesos, generados por los subsidios federales y universitarios, que resultan insuficientes para hacer frente a las obligaciones por concepto de pensiones a los trabajadores.
“La aportación necesaria para afrontar estas obligaciones es de 73.2% del sueldo base más la prima de antigüedad del personal activo”, dice el abogado.
La universidad otorga al trabajador jubilado 100% del último salario que tuvieron al momento de retiro, más las otras prestaciones que tenía como activo y que incrementan conforme aumenten tanto las prestaciones en especie como las económicas.
“Esto, por supuesto, beneficia al trabajador retirado; sin embargo, limita el presupuesto que tienen asignada las diversas universidades. Es un problema serio que deben afrontar las autoridades, ya que, de seguir esa situación, podría llegar un colapso financiero a la universidad”, dicen los especialistas.
Crisis inminente. En cinco años, la crisis financiera de la UABJO será insostenible. Los investiga dores advierten que el crecimiento en el número de jubilaciones “será fatal” para la casa de estudios y el próximo año esto empezará a notarse.
El estudio, realizado por los investigadores Rosendo Martínez Jiménez, Ana Luz Ramos Soto, Guillermo Trejo Carbajal y Mauro Alberto Sánchez Hernández, revela que en 2020 el número de jubilados alcanzará la tercera parte de los trabajadores activos y cuatro años después, un l%.
Actualmente, las erogaciones en las pensiones de la UABJO representan 20% (189.8 millones de pesos) con respecto a la nómina de trabajadores activos, que asciende a 949 millones de pesos. De seguir con esa tendencia en 2024 o antes representarían 50%, es decir, 474.5 millones de pesos.
Para el próximo año, estiman que el número de trabajadores jubilados y pensionados aumente a mil 376; para 2024, a mil 652, y para el 2030, a mil 977.
“Es preocupante y alarmante, la solución puede estar en la solicitud de más recursos financieros a la Federación o bien, cambiar el sistema de jubilaciones y pensiones, previo análisis de ventajas y desventajas, y de manera consensada”, señalan.
Las autoridades universitarias ya presentaron una reforma al reglamento de pensiones que no ha sido aprobada. Hilarino Aragón resume que se busca garantizar el financiamiento futuro de la seguridad social mediante el equilibrio financiero, además de reformar la estructura de beneficios para responder a la realidad social y demográfica de la universidad.
Apunta que para la generación de pensionados y jubilados actuales no será posible establecer modificación alguna, pero para los trabajadores en activo será necesario diseñar un sistema de transición del esquema vigente al que será reformado.
“Para las nuevas generaciones, quienes ingresen a partir del inicio de la reforma, las modificaciones de alto impacto se implementarán de manera directa, a fin de crear un nuevo sistema que sea financieramente sano. Al final de cuentas, lo que se pretende es otorgar pensiones a quienes realmente las necesiten”, asegura.