“Todos somos omisos ante los feminicidios”

“La omisión nos hace partícipes de la violencia machista”, señalan artistas plásticos que crearon la instalación “Misivas a mi agresor”

Fotos: Juan Carlos Zavala / EL UNIVERSAL
Estatal 22/11/2018 15:15 Juan Carlos Zavala Oaxaca de Juárez, Oax.- Actualizada 18:58

Cuando a Hugo Tovar lo invitaron a participar con una obra que abordara los feminicidios en Oaxaca y en el país, no pensó que llegaría a costarle tanto trabajo y sobre todo, a redescubrir algo tan aterrador.

El artista plástico nacido en la delegación Tláhuac en la Ciudad de México pero radicado en Oaxaca desde 1989, aborda en una instalación realizada --en colaboración con las artistas Itzmalli Coca y Alicia Jiménez-- la violencia contra las mujeres que intenta alejarse de la nota roja, que rodea siempre a estos casos.

“No podía pasar inadvertido esa problemática que no sólo es de Oaxaca sino de todo México, la agresión, odio, acoso y muerte hacia las mujeres. Desarrollé el tema, me costó mucho trabajo porque es un tema sumamente sensible, cuando uno empieza a adentrarse fuera de lo que es la nota roja, el morbo y se empieza a ver que vivimos en un estado aterrador”, relata.

Los datos ejemplifican: según organismos de la sociedad civil como el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, en la actual administración gubernamental de Oaxaca, 210 mujeres fueron asesinadas de forma violenta y 385 de enero de 2014 a junio de 2017. Sólo en lo que va de 2018, contabilizó mil 886 feminicidios en el país y de estos, el 20 por ciento son niñas.

De acuerdo con la organización Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, es la tercera entidad del país con mayor número de homicidios dolosos de mujeres por razones de género; por debajo del Estado de México y Veracruz, y por arriba de la Ciudad de México que las cifras la ubican en el cuarto lugar; la organización contabiliza 231 feminicidios de diciembre de 2016 a la fecha.

Escenario aterrador

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La instalación de Hugo Tovar recrea un espacio familiar. Al centro hay una mesa y cuatro sillas; sobre la mesa y en el piso diversos objetos del hogar como platos, veladoras, zapatos de bebés, botellas, planchas, cuchillos, entre otras, las cuales están rodeadas por una línea blanca dibujada con un gis y una etiqueta amarilla marcada con un número, como se marcan las evidencias halladas en la escena de un crimen.

También sobre el suelo la silueta blanca de una mujer y en la parte superior de la cabeza, una veladora.

Un gran porcentaje de los casos de violencia contra la mujer ocurre en el hogar y para Hugo Tovar, cada uno de los objetos en su instalación representan las balas que mataron a una mujer, “porque muchas veces pensamos que las balas asesinas sólo salen de las armas de fuego, pero no nos damos cuenta que también salen el hogar, en su vida cotidiana, de la cultura machista”.

La instalación también incluye el trabajo de Itzmalli Coca --estudiante de artes plásticas en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO)-- en la que se muestran varias pinturas y una instalación de encapsulados con resina de diversos objetos relacionados con la mujer, mientras que Alicia Jiménez acompaña la obra con una instalación con esculturas de cerámica.

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Hugo Tovar es un artista autodidacta y en Oaxaca es donde ha realizado la mayor parte de su trabajo, el cual se ha exhibido en Holanda, Francia y en diferentes ciudades de Estados Unidos como Austin, Texas, y Nueva York, entre otros.

Cultura machista

“La violencia contra las mujeres”, dice, “no sólo es aterrador para las mujeres, también para niñas, niños y hombres que está fuera del círculo del crimen organizado, de las instituciones criminales y también de la sociedad omisa, que es otra forma de crimen”.

La instalación “Misivas a mi agresor” (título consensuado con Itzmalli Coca y Alicia Jiménez), explica, trata de recrear la escena de un crimen o de los crímenes de las muertes violentas de mujeres por razones de género.

“Es como si se le enviaran mensajes, textos, cartas. Del lado de la pintura, puse un texto que dice: por puta, por loca, se lo ganó, por vestirse así, que andaba haciendo sola, por cabrona. Mi hija cuando leyó eso me dijo que era algo muy ofensivo y le dije que exactamente es lo que pasa cuando matan a una mujer, inmediatamente la sociedad argumenta que algo andaba siendo, o que era por su forma de vestir o por andar sola, lo cual es otra forma de criminalizarla y revictimizarla.

“Es por eso que hago la representación de los objetos de la vida cotidiana como si fueran ojivas de bala y básicamente quise dar a entender de una forma poética, si es que se me permite llamarlo así porque el tema es muy sensible, una representación de un feminicidio”.

El artista plástico recalca que la cultura machista es la que ha asesinado a las mujeres y los hombres son responsables no sólo por su autoría material del homicidio, sino también aquellos hombres que por omisión no actúan para detener esta violencia.

“Entonces en nuestra vida misma, sin darnos cuenta, somos participantes de estos asesinatos y es en cierta forma lo que estamos representando en esta instalación. Las ojivas de las balas que matan a las mujeres”.

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