Bajas injustificadas y desaparición de carreras, alumnos de Universidad para el Bienestar en Oaxaca enfrentan futuro incierto

Sedes que carecen de clave de la SEP para validar estudios, maestros sin título ni cédula profesional, despidos injustificados y falta de una programación, son algunos de los problemas a los que se enfrentan la Universidad para el Bienestar en Oaxaca

Foto: Gobierno de México
Estatal 01/09/2021 10:09 Juan Carlos Zavala Oaxaca Actualizada 10:39

Oaxaca de Juárez.- María de la Luz Zúñiga se inscribió en la Licenciatura de Artes  de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJ), con el deseo de aprender y capacitarse. Con más de una década como profesora de primaria, vio en la apertura de una sede en Tlaxiaco, en la Mixteca de Oaxaca, una oportunidad para mejorar su desempeño  y brindar una mejor educación artística a sus estudiantes.

Representaba una buena opción no sólo para ella, sino también para cientos de estudiantes que no pudieron realizar estudios universitarios por falta de recursos económicos.

Después de inscribirse,  realizar el curso propedéutico y comenzar  las clases presenciales,  se enfrentó  a la desaparición de  la Licenciatura de Artes sin ninguna explicación, a la imposición de llevar sólo Música, al cambio de la  plantilla de profesores, discriminación, exclusión, opacidad y a su baja definitiva de la universidad, también sin causa justificada.

Posteriormente se enteró que la sede carece de clave de  la Secretaría de Educación Pública (SEP) que le dé validez a sus estudios y que algunos  maestros no cuentan con título ni cédula profesional, uno de los requisitos de la UBBJ para ser parte de la plantilla de profesores.

Este tipo de problemas no son únicos de la sede de Tlaxiaco. Otras sedes reportan despidos injustificados de profesores, falta de una programación o malla curricular, errores en los horarios de clase. En otras, como en la sede de la delegación Cuauhtémoc, donde la universidad que había se cambió para ser parte de las UBBJ, los egresados no han podido titularse y carecen de alguna documentación que acredite que estudiaron una carrera profesional.

De acuerdo con información oficial, las Universidades del Bienestar que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador surgieron como parte de un programa de escuelas universitarias que nació hace cinco años en la Ciudad de México, para darle oportunidad a aquellos estudiantes que no pudieron entrar a las grandes universidades, como la UNAM. 

 A diferencia del resto de planteles públicos, en estas universidades, todos los servicios son gratuitos. Ni trámites de  ingreso ni cursos tienen costo según el gobierno federal.

 En su visita de marzo de 2021 a Oaxaca, el Presidente informó que en todo el país suman 140 los planteles de esta universidad, siendo Oaxaca la entidad con más sedes, con 18, de las cuales 11 ya construyen sus propias instalaciones. 

Pero en la entidad el panorama no es alentador, pues estas escuelas han sido denunciadas por  despidos injustificados de profesores, falta de una programación o malla curricular y errores en horarios de clase. 

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Foto: Cortesía

Esta  situación, que se replica en todo el país, originó que se creara la Red Nacional de Universitarios de las UBBJ, para  denunciar todas estas irregularidades, y de la que ahora María de la Luz Zúñiga forma parte. En Tlaxiaco, se formó el Colectivo de Artistas Universitarios, del que ella es representante, junto con Fernando Espinosa.

En el caso de Tlaxiaco, explica, dos colectivos  impulsaban  cada uno la creación de una universidad de música y otra de arte. Cuando el Presidente visitó el municipio, les dijo  que no podía  crear dos, por lo que finalmente  en la misma sede se impartirían  ambas disciplinas. 

“Las clases presenciales empezaron el 12 de abril de 2021. Cuando presentan a los docentes nos damos cuenta que nos estaban impartiendo puras clases de música. Varios compañeros  preguntaron y nos dijeron que ahí no iba a haber Artes y que si querían estar, o de lo contrario se salieran”, relata.

Lo anterior pese a que en el listado oficial de carreras que se imparten en cada sede, el nombre de la licenciatura en la universidad de Tlaxiaco, incluye a ambas, aunque no se puede consultar el plan de estudios. 

Ante las  preguntas de  alumnos sobre los cambios a la  malla curricular  no hubo respuesta y  la coordinadora académica Margarita  Santiago Ricárdez les respondió que tenía prohibido dar información.

Esta irregularidad sorprendió a la  gran mayoría de los estudiantes, que provenían de diversas comunidades de la región mixteca de Oaxaca. Aceptaron quedarse con la esperanza de que en los siguientes ciclos escolares se añadieran las asignaturas sobre su profesión.

Pero no fueron las únicas irregularidades. Los horarios de las clases se cruzaban y los alumnos  debían decidir a cuál  ingresar. A los estudiantes que no tenían ningún conocimiento de música se les impuso como instrumento el piano. Las evaluaciones no eran concretas; nunca recibieron las calificaciones de sus exámenes y la comunicación con la autoridad universitaria se reducía a  WhatsApp. 

También siguió la represión. Fernando Espinosa Vargas fue suspendido por preguntar sobre los recursos  para la construcción de la sede en Tlaxiaco, que por ahora funciona en la Casa de la Cultura y ni si quiera ha hecho público si tiene clave.

A ello, denuncian alumnos,  se sumaron burlas,  agresiones verbales, humillaciones,  discriminación y exclusión de parte del  profesor Alejandro Zamora Ortiz —quien no cuenta con cédula profesional ni título— hacia algunos de los estudiantes.

Finalmente,  38 de los 97 estudiantes fueron dados de baja   sin explicación,  porque no se les dio acceso a sus expedientes.

“La coordinadora manda  listas de  alumnos que  van a recursar,  que aprobaron o reprobaron, pero en ninguna aparecía mi nombre, ni el de otros compañeros. Yo pregunté y la respuesta fue que fui dada de baja por no tener el nivel”, afirma María de la Luz.

Luego le dijeron que era porque no asistía a clases,  lo cual niega pues  tiene pruebas para acreditar su asistencia, y finalmente, que fue porque no había aprobado el  propedéutico.

A los estudiantes que fueron dados de baja se le negó la reinscripción, por lo que 16 de ellos se ampararon  y el Juez Primero de Distrito de Oaxaca ordenó a las autoridades de la  universidad  que se les permita, pero aún están en espera de ello. 

EL UNIVERSAL buscó a las autoridades de Bienestar en Oaxaca y en la sede de Tlaxiaco, pero no hubo respuesta.

 

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