
“A veces, resulta difícil porque hay que ausentarse de los compromisos de la familia para cumplir con la responsabilidad; un incendio nunca nos va avisar ni nos va a decir que se va a programar tal día, sólo se presentan y hay que atenderlo a la hora y día que sea”, asevera.
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“Creo que es la base de todo, ellos están al pendiente de sus recursos, cuando tienen un incendio, pues son los primeros responsables que se organizan y pues le dan atención a su incendio; si todo el trabajo lo hicieran las dependencias, no se podría”, reconoce.
Señala que entre los incendios más complicados que ha atendido en este año están los de Tlapancingo, en la Mixteca de Oaxaca, debido a la topografía accidentada del lugar, además de los de Santa María y San Miguel Chimalapas, en la región del Istmo de Tehuantepec.
“El incendio de San Francisco Tlapancingo duró siete días; un día nos quedamos sin víveres, tuvimos que bajar al pueblo porque además ya estábamos muy cansados. Habíamos caminado un día para llegar al lugar del incendio”, narra Joaquín Daniel de la Cruz Morena, jefe de una Brigada Rural de Manejo del Fuego en la región Mixteca.
Joaquín de la Cruz es uno de los jefes de las 16 brigadas rurales de manejo del fuego con las que cuenta la entidad; el trabajo del combatiente, dice, es bastante complicado, sobre todo en zonas de difícil acceso.
En especial, recuerda el distrito de Silacayoápam, también en la Mixteca, uno de los que le ha tocado atender en los dos años que lleva de brigadista.
Y es que entre las funciones principales de los brigadistas rurales está el “siempre estar al frente y la comunidad atrás”. Además, deben estar al pendiente de los voluntarios hasta que todos salgan del lugar.

Los municipios más afectados en lo que va del año, detalla la comisión estatal, son San Francisco Tlapancingo y Santiago Juxtlahuaca, en la región Mixteca; Santa Ana Tlapacoyan, en Valles Centrales; San Miguel, Santa María Chimalapa y Santo Domingo Zanatepec, en el Istmo de Tehuantepec.
A pesar de las necesidades de la entidad, el titular de la comisión reconoce que el número de brigadistas en funciones depende de las asignaciones presupuestales del Congreso de Oaxaca y de la administración pública federal.
No obstante, el Congreso local aprobó un incremento de 14 millones de pesos en el presupuesto de la Coesfo para este 2022.
Chimalapas, la zona más afectada.
De acuerdo con la Conafor, en la región del Istmo se concentran la mitad de las brigadas rurales de manejo del fuego, es decir, 80 combatientes de ocho brigadas.
El resto de los brigadistas se distribuyen en la Mixteca, Sierra Sur, Costa y Valles Centrales. La Cuenca del Papaloapan y la región Cañada no cuentancon brigadas, debido al bajo número de incidentes de este tipo.
“Este año, en Los Chimalapas han ocurrido de ocho a nueve incendios en diferentes parajes, tanto en Santa María como en San Miguel Chimalapa; algunos han durado más de 15 días”, indica Aarón Juárez.
Explica que históricamente la región de Istmo es la que sufre una mayor afectación en el número de hectáreas dañadas, mientras que la región de Valles Centrales es la que registra el mayor número de incendios; no obstante, desde 2020 la región Mixteca ha comenzado a presentar más incendios.

El director General de la Coesfo, Aarón Juárez Cruz, añade que en el caso de Los Chimalapas se solicitó a la Secretaría de Marina (Semar) y a la Defensa (Sedena) que apoyen con una aeronave que cuente con un balde para hacer descargas de agua en zonas afectadas por el fuego y trasladar a los brigadistas y víveres al punto de combate, en zonas con condiciones orográficas complicadas.
En el último informe de la Conafor, del 1 de enero al 12 de mayo pasado, se detalla que Oaxaca está entre las 10 entidades de la República con mayor superficie afectada por incendios.
Para hacer frente al fuego, la comisión nacional trabaja desde hace seis años en el programa de apoyos Protección Forestal para el Bienestar (PF), en convenio con municipios con mayor incidencia.
Estos apoyos se otorgan a las brigadas de saneamiento forestal y las brigadas rurales de manejo del fuego, cuyo número aumentó este año, debido a la demanda de los incendios, de acuerdo con la comisión.
Con el aumento de los brigadistas, suman 160 combatientes de este tipo, quienes tienen por objetivo realizar actividades de prevención, detección, combate y control de incendios forestales en las áreas prioritarias definidas por la Conafor.

A través del programa PF se otorgan los recursos económicos para la integración, equipamiento y operación de las brigadas en los municipios.
Emilio Rosas, combatiente veterano de la Conafor, expuso que los voluntarios están en constante riesgo, sobre todo por las condiciones actuales en las que se dan los incendios.
Mientras que el titular de la Conafor invitó a la ciudadanía a tomar conciencia: “La mayor causa de los incendios es la humana, por las actividades agrícolas, cuando se hacen actividades de cambio de uso de suelo y se deja sin vigilancia, hace que los incendios se salgan de control y se propaguen”.