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Según las estimaciones de los sorgueros, de unas 30 mil hectáreas que todavía llegaron a sembrarse hace dos años, para esta temporada de 2022, quizá se cultiven apenas 8 mil hectáreas. “Antes, había apoyos gubernamentales para la compra de la semilla; ahora, lamentablemente, no hay ningún tipo de estímulos”, añade.
Ante el escenario adverso, sólo unos 200 productores de Tehuantepec, Niltepec e Ixtaltepec, obtuvieron facilidades para la compra de mil 200 bultos de 20 kilos, suficientes para sembrar mil 200 hectáreas. Cada bulto cuesta ahora mil 900 pesos, hace un año costaba mil 700. Sin embargo, la mayoría de los sorgueros no arriesgarán sus fondos.
“De nuestro grupo llamado Sorgueros de Oaxaca, antes éramos mil 200, hace dos años el número bajó a 700 y de esos 700, sólo sembrarán menos de 200”, señala Corres Shibayama, quien expone que entre semillas, fertilizante, insecticida, rastra, siembra y otros gastos, sembrar una hectárea de sorgo en estos momentos implica invertir casi 8 mil pesos.
Pero esta situación adversa para el campo no sólo impacta a los sorgueros, sino también a los productores de maíz, ya que los precios para la renta de los tractores y sus implementos para la siembra y la cosecha se están incrementando constantemente, porque hay un encarecimiento en el mercado mundial del acero.
“¿Sabe cuánto cuesta una rastra por hectárea?”, pregunta el propio sorguero. “Cuesta ahora 800 pesos y el año pasado costaba 500”, responde.
“¿Tiene idea cómo se ha incrementado el precio de diésel en los últimos años?”, interroga y nuevamente contesta: “Era el combustible más económico en el pasado reciente, ahora ronda por los 24 pesos el litro y en muchos casos está por encima del litro de gasolina”.
