La elección se realizó a puerta cerrada con la asistencia de 27 de 28 magistrados. Berenice Ramírez obtuvo 21 votos a su favor y la magistrada Sofía Altamirano un total de seis votos, los cuales se depositaron en urna.
“Es para marcar historia, sensibilizar y estar conscientes de que hay una transformación, que hay necesidades que cubrir, que hay necesidades de los justiciables, pero, sobre todo, con esa sensibilidad humana que hace falta en general a toda la humanidad”, afirmó.
Y aseguró que “las víctimas van a ser apoyadas desde esta trinchera (…) mi presidencia será de puertas abiertas para que se escuchen sus voces”.
“Es un tiempo que tenemos para seguir transformando el Poder Judicial y tener esa nueva energía que nos impulsa”, apuntó.
Sobre la decisión de un juez federal que ordenó la reposición del proceso contra la expresidenta municipal de Asunción Nochixtlán, Lizbeth Huerta (Morena), por su presunta participación en la desaparición forzada de la activista Claudia Uruchurtu, la presidenta del Poder Judicial dijo que puede dar una respuesta en ese tema porque desconoce el expediente.
También rechazó que su designación como Presidenta del TSJEO sea resultado de las negociaciones del gobernador Salomón Jara Cruz, y afirmó que las aseveraciones en ese sentido, representan violencia de género en su contra.
“Se ejercía violencia de género hacia mi persona, tengo una vida en el Derecho, estudié en la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, estudié una maestría en la Universidad Panamericana, tengo una vida en el Poder Judicial, trabajé en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en el Consejo de la Judicatura, mi primer trabajo fue en un juzgado mixto, trabajé en la Fiscalía… Es una vida de estudio, nunca es todo fácil, ni gratis”, sostuvo.