“Tuvimos el primer curso en la ciudad de Matías Romero los días 19 y 20 de este mes y el próximo taller se realizará en la primera semana de febrero entrante, en Tierra Blanca, Veracruz”, dijo el presidente municipal de San Juan Guichicovi, Heberto Luis Zacarías.
“El objetivo de la capacitación es que los participantes cuenten con los conocimientos para armonizar los esfuerzos en caso de una emergencia, e implementar acciones para mitigar y minimizar el riesgo en beneficio de la población y cuidado del medio ambiente”, dio a conocer Pemex.
A partir del pasado 9 de diciembre, y durante 15 días, pobladores de las comunidades de Donají, Tolosita y Juno, pertenecientes al municipio de Matías Romero, abandonaron sus viviendas y actividades y se refugiaron en albergues del poblado Palomares, huyendo de la fuga de amoniaco.
Semanas antes, en octubre, un derrame de gasolina movilizó a los pobladores de El Triunfo y de José María Morelos, que pertenecen a San Juan Guichicovi, ante el riesgo de explosiones e incendios. Ríos, arroyos y pastizales se contaminaron.
Ante eventos de esa naturaleza, que año tras año provocan afectaciones sociales y ambientales, y ante el desdén de las autoridades petroleras, la población afectada explotó y el 28 de diciembre retuvo por dos días en Donají, a la presidenta de Matías Romero y a funcionarios de Pemex.
Pemex, dijo el edil de San Juan Guichicovi, Luis Zacarías, apenas está cumpliendo con esas capacitaciones, uno de los compromisos que asumió: falta que revise y otorgue mantenimiento a sus instalaciones y pague las afectaciones sociales y ambientales.
Desde municipios del sur y sureste de Veracruz, como Minatitlán e Ixhuatlán del Sureste, hasta el puerto de Salina Cruz, Oaxaca, Pemex opera cinco ductos, el de 48 pulgadas es el más grande, y transporta petróleo crudo, mientras que otros de 10 pulgadas llevan gasolina y amoniaco.