Tribunal Internacional respalda lucha de mixes afectados por el Corredor Interoceánico

El tribunal muestra su solidaridad con el plantón que sostienen ejidatarios mixes desde el 27 de febrero en las obras de modernización del Tren Transístmico

Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza respalda lucha de mixes afectados por el Corredor Interoceánico
Foto: Especial
Estatal 26/03/2023 16:32 EL UNIVERSAL Oaxaca Actualizada 16:57

Oaxaca de Juárez.- El Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza expresó su respaldo y solidaridad a la resistencia del pueblo ayuuk y de las comunidades campesinas afectadas por la construcción del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT).

Este tribunal fue creado en 2014 por la Alianza Global por los Derechos de la Naturaleza (GARN, por sus siglas en inglés), integrada por científicos, juristas, economistas, políticos, líderes indígenas,líderes espirituales, escritores, actores, empresarios, estudiantes, activistas y organizaciones de todo el mundo.

Entre los miembros destacados del GARN se encuentra la física y filósofa Vandana Shiva y el abogado ambiental Cormac Cullinan.

En el comunicado difundido este domingo, el tribunal muestra su solidaridad con el plantón que sostienen ejidatarios mixes desde el 27 de febrero en las obras de modernización de la vía del Tren Transístmico, en el tramo Mogoñé Viejo-Vixidu.

“En los territorios afectados por los megaproyectos Tren Maya y Corredor Transístmico se incrementan cada día las denuncias de intimidación, amenazas y violencias de varios tipos perpetradas por las corporaciones militares, lo cual genera una situación generalizada de vulnerabilidad y violación a los derechos humanos individuales y colectivos”, señala el tribunal.

“Como en el caso del Tren Maya, observamos con extrema preocupación como los megaproyectos insignia de la actual administración mexicana se imponen a través de su militarización, que implica tanto el asignar a las fuerzas armadas las tareas de construcción y sucesiva operación de la infraestructura, así como encargar a las corporaciones militares el control directo de los territorios donde se realizan dichas obras, lo cual redunda en una política del miedo y de la disuasión de cualquier forma de protesta visible”.

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