Amador Betanzos, el artista que plasma en máscaras la identidad del pueblo mazateco de Oaxaca

Desde hace 25 años, el originario de Eloxochitlán de Flores Magón se dedica a la elaboración de estas piezas en las que busca plasmar los vínculos de los huehuentones y la condición humana con la madre tierra y el maíz

Amador Betanzos, el artista que plasma en máscaras la identidad del pueblo mazateco de Oaxaca
Amador Betanzos, el artista que plasma en máscaras la identidad del pueblo mazateco de Oaxaca. Fotos: Juan Carlos Zavala
Más de Oaxaca 11/01/2024 13:11 Juan Carlos Zavala Actualizada 13:11

Eloxochitlán.—  Amador Betanzos Fuentes tiene una relación estrecha con la tierra y a través de esa relación, una cosmovisión del universo que parte de sus antepasados mazatecos. Es campesino, siembra maíz y café en su natal Eloxochitlán de Flores Magón.

Esa labor también se refleja en su otra faceta, la del artista. Desde hace aproximadamente 25 años se dedica a la elaboración de máscaras de madera, en las que se puede apreciar los vínculos de los hombres con la naturaleza, la madre tierra y el maíz, y también la condición humana y sus problemas actuales como la crisis sanitaria a causa de la pandemia de Covid-19.

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Su inicio en el tallado de máscaras de madera fue por la tradición de Día de Muertos en Eloxochitlán de Flores Magón que, al igual que en otras comunidades de la región Mazateca de Oaxaca, consiste principalmente en la participación de los llamados huehuentones: grupo de personas ataviadas con máscaras y vestimenta tradicional que prestan su cuerpo a las almas que regresan a la tierra cada año para convivir con sus familiares vivos.

El objetivo inmediato fue satisfacer una necesidad familiar. Su familia tenía un grupo de huehuentones, en el que él tocaba la jarana o viruela: estas agrupaciones también están conformados, principalmente, por una persona que toca la jarana, un violinista y quien toca el tambor. Entonces, empezó a elaborarlas para cubrir una parte esencial de la tradición mazateca.

“Mi acercamiento inmediato fue de manera tradicional porque aquí en estas tierras se bailan los huehuentones, los hombres que brotan del ombligo de estas tierras en las festividades de Muertos y vienen del inframundo a reencontrarse con el mundo terrenal, entonces esa parte es lo que a mí me acercó porque, al agruparse y al ir a las veladas, se ocupan máscaras”.

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Al principio, el tallado era sencillo y con el paso del tiempo, su trabajo adquirió una complejidad que las distingue de las máscaras que se elaboran en la región y que usan la mayoría de las personas durante las celebraciones de Todos Santos.

Amador Betanzos explica que intenta proyectar un trabajo artístico en el que se aprecie los rasgos de las personas, mostrarlas como son, sus sentimientos y una cotidianeidad de las que muchas veces no están conscientes y también, mensajes políticos.

“La gente cuando está cansada, enojada, está triste, se siente un poco agobiada. Está engañada también por la política, hay muchas expresiones de lo que la gente es y lo puedes ver en sus rasgos. Entonces, esa parte yo la capto y es el resultado de una observación que hago”, explicó.

Una de las máscaras más interesantes del trabajo de Amador Betanzos es aquella en la que sobresale una mazorca, con la que trata de reivindicar sus raíces mazatecas, el origen del nombre de Eloxochitlán y el trabajo como campesino y esa relación con la tierra.

Desgraciadamente, menciona, las políticas gubernamentales poco a poco están desplazando el trabajo del campo y se están metiendo semillas transgénicas, “semillas que no son de acá, entonces están desplazando las semillas nativas de acá”.

Para terminar una máscara, Amador Betanzos tarda entre tres días y una semana. La madera la obtiene de árboles como el colorín, entre otras especies. El primer paso, después de cortar la madera, es orearla (ponerla al sol) mínimo cuatro días, como una forma de “curarla” para que se pueda tallar, y una vez cumplido este periodo, inicia con el labrado del diseño que dibujo antes para cada máscara. 

“Depende de qué es lo que uno quiera proyectar en la madera es lo que te tardas y yo pienso que, a veces, se lleva uno más tiempo, más de lo que a veces uno gana”.

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El artista, sin embargo, afirma que este trabajo no lo realiza tanto por ganar poco o mucho dinero, sino que en realidad es parte de su vida, de la conexión que tiene con la naturaleza y con la realidad, y porque le gusta, por la satisfacción, - “a veces”, acota -, de lo que hace.

Las máscaras de Amador Betanzos ya se han expuesto en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y también se han mostrado en países como Taiwán.

Para él, es necesario que los artesanos y los artistas de la Mazateca tengan más proyección de su trabajo en el estado, en el país y fuera de México. Hasta ahora, denuncia, hay un centralismo en algunas ciudades y únicamente se muestra lo que ocurre en las urbes más grandes de una región, mientras que los demás pueblos quedan invisibilizados.

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