Arte, tasajo y tlayudas, cinco lugares y actividades en el Centro Histórico de Oaxaca

Si tu viaje es corto en la capital oaxaqueña, con esta guía puedes tener una pequeña probada de las ocho regiones del estado sin salir de la ciudad

Arte, tasajo y tlayudas, cinco lugares y actividades en el Centro Histórico de Oaxaca
Arte, tasajo y tlayudas, cinco lugares y actividades en el Centro Histórico de Oaxaca. Fotos: Archivo
Más de Oaxaca 13/04/2022 20:21 Arlen Pimentel Actualizada 20:24

Oaxaca de Juárez.- La riqueza cultural, gastronómica y la gran biodiversidad que poseen las ocho regiones de Oaxaca es suficiente para saciar cualquier apetito viajero; no obstante, si tus vacaciones son pequeñas o sólo planeas estar de paso por la capital del estado, puedes tener una pequeña probada sin salir de la ciudad.

En esta pequeña lista encontrarás cinco actividades o lugares que son fundamentales para comenzar a adentrarte en la inmensidad de la cultura oaxaqueña, que te dejarán con ganas de seguir explorando la entidad.

El Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca

El IAGO, fundado por el extinto artista Francisco Toledo, es uno de los espacios culturales más importantes del centro de la ciudad, que ofrece servicios a la población en general. Ahí encontrarás una senda biblioteca que abarca temas que van desde la gráfica, el dibujo, la arquitectura, la fotografía y la pintura, hasta filosofía, historia y literatura en general; además, hay una pequeña fonoteca.

En sus dos sedes, Macedonio Alcalá y Avenida Juárez, además de ofrecer una variedad de actividades culturales (en estos días puedes encontrar un ciclo de cine en honor al director japonés Hayao Miyazaki y una exhibición del trabajo del artista estadounidense Dan McCleary, fundador de Art Division), también ofrece una gran diversidad de talleres, además de venta de objetos diseñados por Toledo.

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El Pasillo de Humo

Lo llaman Pasillo de Humo, pero en su interior, tras superar la primera nube de niebla gris que se extiende hasta la calle de Miguel Cabrera, está uno de los espacios más tradicionales de la ciudad para probar el tasajo, el corte de carne oaxaqueño por excelencia.

Una vez dentro, decenas de breves puestos que ofrecen la carne cruda se despliegan uno tras otro, en un pasillo cerrado que conduce hacia el interior del Mercado 20 de noviembre. Basta con escoger lo que se va a consumir en el momento: tasajo, chorizo, cecina enchilada o blanca, para que al instante la carne caiga en los asaderos, para después ser entregada en las típicas canastas de mimbre.

Al fondo del pasillo aguardan angostas mesas de piedra, en donde otro tanto de vendedoras ofrecen cebollitas asadas, nopalitos, frijoles, tortillas blandas hechas a mano, chile de agua asado (típico de la región) y el infaltable guacamole.

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El Jardín etnobotánico

Este jardín se ha convertido en uno de los más visitados de la ciudad y no es para menos: se trata de un lugar en el que pueden ser observadas plantas vivas originarias de Oaxaca y provenientes de todos los tipos de climas y regiones que hay en el estado.

El jardín, que forma parte del Centro Cultural Santo Domingo, ofrece a los amantes de la naturaleza e interesados en general visitas guiadas en diferentes lenguas, así como con un vivero, un banco de semillas, un herbario y una biblioteca especializada en flora, ecología, historia natural y etnobiología.

Resalta también el hecho de que el diseño del jardín fue realizado por los artistas plásticos oaxaqueños Francisco Toledo y Luis Zárate.

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Zona de Artesanías de la Central de Abasto

Sin duda este es uno de los lugares populares más concurridos de la ciudad, debido a que en este mercado se abastecen miles de personas de todo lo necesario para la alimentación y la vida diaria; desde ropa, enseres domésticos y semillas por costal, hasta calzado, artículos de limpieza y tecnología en general.

No obstante hay zonas en donde podrás encontrar en abundancia dos de los grandes tesoros oaxaqueños: las artesanías y la comida.

En la Zona de Comida, además de que podrás probar la comida tradicional de Valles Centrales, como los moles, las enfrijoladas, entomatadas, enmoladas, salsa de huevo y de queso, sopa de guías con tasajo y, si tienes suerte, tostadas de chileajo, también encontrarás decenas de puestos de pan tradicional de todos los tipos, así como tlayuderas, chocolaterías y molinos en general.

Mientras que en la recién reinaugurada Zona de Artesanías habrás llegado al paraíso en el que coexisten todos aquellos objetos que por su belleza y trabajo artesanal hacen que Oaxaca tenga presencia en millones de hogares nacionales e internacionales.

Aquí podrás comprar desde pequeñas jícaras talladas y pintadas que cuentan una historia, pasando por lámparas de mimbre, petates gigantescos y hermosamente decorados, sonajas de semillas, canastos tejidos con presteza, alebrijes de todas las formas y colores, huaraches y huipiles bordados a mano, milagritos de todos los tamaños, calaveras de hojalata y objetos moldeados en barro negro, rojo, verde y al natural.

Centro Cultural San Pablo

Aunque no es de las sedes culturales más tradicionales de la Verde Antequera, es un espacio que tiene mucho qué ofrecer, empezando porque se trata de una reconstrucción del antiguo ExConvento de San Pablo, el primer centro dominico construido en el estado, que tras sufrir las inclemencias de varios sismos terminó durante algunos siglos en el desuso.

Recuperado en algunas partes y con un proyecto arquitectónico de respaldo, abrió sus puertas en 2011 para ofrecer un museo in situ, una biblioteca, un centro de exhibiciones artísticas y de conciertos, una biblioteca infantil, así como un gran espacio abierto con un café para sentarse y platicar en tranquilidad.

Además, a un lado del centro es posible conocer el Museo Textil de Oaxaca, en donde se exponen piezas de ropa antigua, que han sobrevivido a los siglos, así como nuevas piezas creadas por grandes artesanas y artesanos oaxaqueños.

Bonus: Mezcal y tlayudas

Pasar por la ciudad de Oaxaca y no tomarse un mezcal ni probar una tlayuda podría ser un error que nadie quiere lamentar en la vida. Por eso, te recomendamos explorar la vida nocturna de la ciudad, en cuyas calles podrás encontrar algunos de los secretos gastronómicos mejor escondidos de los oaxaqueños, hasta hace poco tiempo.

Quizá no todos los documentales de Netflix dicen la verdad, pero en este caso te podemos asegurar que es palabra escrita en piedra: Las tlayudas de La Chinita, en un puestito improvisado de una oscura esquina alejada del resplandor de las calles más céntricas, son las mejores que vas a probar en vida. Se tenía que decir.

Y finalmente, esa bebida que durante décadas fue ampliamente despreciada, tanto así que los mejores restaurantes de Oaxaca ni siquiera la ponían en la carta, hasta convertirse hoy en uno de los productos que más orgullo dan al estado: el bendito mezcal.

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Cualquier mezcalería en la ciudad puede ofrecer una amplia variedad de los mezcales que se elaboran en el estado, pero aquí te recomendamos dos lugares que destacan ya sea por su autenticidad y por el trabajo de los productores detrás: La mezcalería Los Amantes, un pequeñísimo espacio con más estilo de botica o de santuario que de bar, a media cuadra de Santo Domingo, y Mezcalería Cuish, creada por una asociación de maestros mezcaleros que la proveen de bebidas con espíritu de diferentes zonas del estado. De nada.

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