El bupu, cuyo nombre significa “espuma” en zapoteco, es una bebida tradicional del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, que ha trascendido generaciones como símbolo de identidad y herencia cultural. Considerada en tiempos antiguos una bebida reservada para la realeza zapoteca, el bupu combina elementos rituales, espirituales y gastronómicos, reflejando la cosmovisión de un pueblo que se autodenomina binnizá, “la gente que provino de las nubes”.

¿Qué representa el bupu dentro de la cultura zapoteca?
El pueblo zapoteco, asentado principalmente en Oaxaca, es una de las civilizaciones originarias más importantes de México, con una población superior a los 610 mil habitantes en la entidad. Su vida comunitaria se rige por valores de cooperación y reciprocidad, visibles en prácticas como el tequio y la Guelaguetza, así como en sus celebraciones religiosas y gastronómicas.
En este contexto, el bupu era una bebida sagrada que se preparaba en momentos especiales, como las mayordomías o durante la Semana Santa, cuando se ofrecía a los asistentes en las entradas de las iglesias para fomentar la convivencia. La espuma que corona esta bebida no solo es un rasgo distintivo, sino que también posee un profundo significado espiritual: para los antiguos zapotecas, la espuma representaba la pée, una fuerza vital asociada a la fertilidad y la procreación.
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Ingredientes y proceso de preparación
El bupu se elabora tradicionalmente en una olla de barro llamada lincha, fabricada exclusivamente para este propósito. Los ingredientes principales son cacao, piloncillo, canela, flor de mayo y flores de jazmín silvestre o del Istmo.
Primero, el cacao se tuesta en un comal y se muele junto con los demás ingredientes hasta formar una pasta espesa, que se deja reposar. Al día siguiente, se mezcla una porción de esta pasta con agua caliente y se bate vigorosamente con un molinillo largo hasta lograr una espuma abundante de color turbio y aroma floral. Finalmente, se sirve sobre un atole blanco de maíz, de modo que al beberlo, el sabor terroso del maíz se fusiona con el dulzor del cacao y el perfume de las flores.

El bupu en la vida festiva del Istmo
Aunque su consumo cotidiano ha disminuido, el bupu aún se prepara durante las Velas, fiestas religiosas que reúnen a toda la comunidad zapoteca. En estas celebraciones, la bebida se comparte como símbolo de unión y generosidad, acompañando los bailes, desfiles y la tradicional “regada de frutas”, donde se lanzan juguetes y productos locales desde carros alegóricos.
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Hoy, esta tradición ha encontrado un nuevo espacio en los mercados y plazas del Istmo, particularmente en Juchitán de Zaragoza, donde algunas mujeres zapotecas continúan preparando el bupu de manera artesanal. De acuerdo con relatos locales, su origen se remonta a una cocinera que, desafiando las normas de la realeza zapoteca, decidió compartir la receta con el pueblo para que todos pudieran disfrutarla.

Una bebida con historia y esencia
Más que una simple bebida, el bupu es un legado que encapsula siglos de historia, espiritualidad y sabor. Su espuma —símbolo de vida— conecta al presente con las raíces más profundas del pueblo zapoteco. En cada sorbo se encuentran los ecos de una civilización que supo convertir el cacao, el maíz y las flores del Istmo en un ritual de identidad y resistencia cultural.
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