Oaxaca de Juárez.- Olvidado por la historia, el destacado naturalista, médico y botánico mexicano José Mariano Mociño Lozada fue un defensor del conocimiento indígena y del valor de la ciencia europea de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX.

En conmemoración de los 200 años de su muerte, cumplidos en 2020, el artista plástico oaxaqueño José Montes le dio rostro por primera vez, en una pintura, al notable científico; de quién hasta ahora no había constancia de imagen alguna.

Montes, quien reside en Barcelona, España, se dio a la tarea de investigar textos sobre este científico, para poder darle un rostro y rendirle homenaje. El resultado fue una pintura entregada el 4 de mayo pasado al Real Círculo Artístico de Barcelona.

En una conferencia organizada por el Real Círculo, el presidente de esta institución, Josep Félix, se comprometió a salvaguardar el retrato; además, el escritor Albert Torras expuso la vida y obra del científico mexicano.

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De acuerdo con lo investigado por el pintor oaxaqueño, el biólogo Mociño Lozada vivió en Oaxaca por un periodo de siete años, durante el cual impartió clases de filosofía. 

De acuerdo con un boletín difundido por el artista, existe un proyecto con fecha de 1897, en el que el botánico avecindado en Oaxaca Cassiano Conzatti, de origen italiano, propuso crear un jardín bajo el nombre de Mociño.

Mariano Mociño, hijo de padres españoles, nació en Temascaltepec, Estado de México. Cursó en el Seminario Tridentino en la Ciudad de México y se recibió en teología escolástica y ética a la edad de veinte años.  

Realizó estudios de medicina en la Real Universidad Pontificia y simultáneamente estudió matemáticas en la Real Academia de San Carlos. Obtuvo el grado de Doctor en Medicina en 1787, y después ingresó al Real Jardín Botánico, donde fue el mejor estudiante.

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Junto con su compañero José Maldonado, recolectó y nombró miles de especies de plantas para Martín Sessé, director de la Real Expedición Botánica a Nueva España, entre 1787 y 1803, lo que constituye una de las hazañas científicas más importantes del siglo.

Junto con su mentor, Martín Sessé, escribió los libros Flora Mexicana y Plantae Novae Hispaniae, ambos publicadas por la Sociedad Mexicana. Dirigió el Real Jardín Botánico de Madrid y fue uno de los fundadores de la institución originaria de la Real Academia de Medicina.

Enfermo en 1820, murió en Barcelona, y la falta de recursos provocó su inhumación en la fosa común del cementerio de barrio de Poblenou, donde reposa sin una mención, según detalló Albert Torras.