Escritor oaxaqueño César Rito convierte literatura en una forma de resistencia al Covid-19

César Rito sostiene que escribir se ha convertido en una forma de resistencia a la pandemia del Covid-19; prueba de ello ha sido su novela Ramas del aire, una historia que se desarrolla en la contingencia sanitaria.

El prolífico y reconocido escritor zapoteco fue seleccionado, con este texto, en la convocatoria de la Colección Parajes 2020, de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca.

Con EL UNIVERSAL habla sobre la “necesidad de enviar noticias de que estamos vivos”, del silencio como vía de la angustia, cargada de miedo a tocarnos, a hablar, a ver el alba. 

Comenta acerca de su novela y del llamado boom de escritores oaxaqueños, una suerte de  contrapeso para aquellos que él llama “los dueños de la ficción”: la clase política.

“Los políticos nos han acostumbrado a la sociedad a evaluar nuestro tiempo a partir de la acción de ellos. Bueno, les traigo una mala noticia, los dueños de la ficción son los del gobierno… Si nosotros escribimos y levantamos la ficción, hay contrapesos a ese tipo de ficción”, expresa.

En Ramas del Aire, Rito retoma conceptos de novela y de escritura de los argentinos Juan José Saer y Ricardo Piglia; así como de Julio Cortázar en el Libro de Manuel y del escritor chileno Roberto Bolaño. También recurrió a los críticos literarios rusos Mijaíl Bajtín y a Víctor Shklovski, de la era soviética.

De la emergencia sanitaria, retoma los conceptos de ficción, porque los parámetros de lo que es real y lo que no lo es   se han diluido, ya que en cada jornada la pandemia muestra que desconocemos más, dice.

“Estamos platicando con cubrebocas, esto solamente ocurría en Netflix, era ficción, y ahora es más real y vemos mal al que se presenta sin cubrebocas… Ya los parámetros de la narración, el concepto de narrar, el concepto de ficción, incluso el concepto de personaje, entran a debate, porque tenemos el modelo narrativo de las series de Netflix. Así como en un tiempo la literatura se llenó del cine, del tipo de narración de la radio y de lo que ocurría en los medios masivos”, señala.

Durante el primer año de la pandemia trabajó en el periódico Tiempo, en donde  le tocó “testimoniar la pandemia”. Fue ahí donde se enteró de los sucesos  del 23 de marzo de 2020, cuando inició el primer periodo de reclusión. 

Retoma la teoría de la novela porque afirma que sin una no existe la otra y que por eso los oaxaqueños no han podido realizar este género literario. “Ahí nos ponemos distantes, somos ocurrencia, somos inspiración, pero la novela requiere el manejo de la teoría literaria”.

Del periodismo toma su lengua estable y lo combina o entremezcla con lo poético. Una mixtura en la que el lector puede tener una  lectura propia de la novela.

“Es buena noticia que pongamos como cápsulas del tiempo para los que vendrán, porque es confiar en la especie humana y que la especie humana sobrevivirá y que algún día alguien nos leerá. Registrar nuestro tiempo, nuestros miedos y anhelos, nuestras guerras, nuestros amores y nuestros delirios”.

El escritor oaxaqueño comparte que trabaja en su segunda novela y en un libro de ensayos. Además, terminó su primer semestre en Historia del Arte en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).

“A mis 58 años, ahora estoy estudiando la universidad, esa es una gran noticia. Todos son profesores muy competentes, entonces ahí vamos en el sentido de que ahora preparo mi primer libro de ensayos”.