Pero con la pandemia estos ingresos se cayeron, mismos que eran necesarios para realizar pagos como la renta, la alimentación y el pago de las becas de los alumnos que asisten a esta institución.

Así se optó, junto con el equipo de trabajo y los padres y madres de familia, campesinos de la región, alumnos y exalumnos, en producir, envasar y comercializar tostadas, salsas, mole y yerbas de cocina, entre otros productos.
De la misma manera, se dieron a la tarea de promover a través de las redes sociales el “turismo gastronómico solidario” y el cual consiste en recibir a los visitantes en el comedor del Instituto en el que además de consumir alimentos tradicionales de la región, también pueden escuchar a la Banda Filarmónica del Instituto.

Explicó que los integrantes del centro cultural colaboran en el proceso de producción y envasado de comestibles, pero no por eso han dejado a un lado sus estudios musicales ni los ensayos. “Sólo han tenido que organizar mejor sus tiempos y comprometerse a cumplir responsablemente con ambos”, aseguró Nathanael Lorenzo.

Ahora la intención, adelantó, es que este proyecto denominado “Cocina Calmécac” se convierta en el corto plazo en una empresa social que logre escalar hasta consolidarse de forma profesional, favoreciendo la economía de toda la comunidad de Nejapa de Madero.
Nathanael Lorenzo solicitó apoyo a los medios de comunicación para socializar y difundir su experiencia para remontar la crisis económica provocada por la pandemia del Covid-19.