Juan Carlos Reyes, el fotógrafo de Oaxaca que muestra cómo se documenta la realidad desde la emociones
El fotógrafo oaxaqueño Juan Carlos Reyes presenta la muestra “Revelar el tiempo” en el Centro Fotográfico Álvarez Bravo, uno de los foros de fotografía más importantes de México y de Latinoamérica, fundado por Francisco Toledo
Oaxaca de Juárez.- En 1996, fotógrafos oaxaqueños que conformaban el colectivo Luz 96 permanecieron pendientes de la creación de uno de los foros de fotografía más importantes del país y de Latinoamérica, el Centro Fotográfico Álvarez Bravo (CFMAB), fundado por el maestro Francisco Toledo, quien tras abrirlo al público, les pidió no dejar de asistir al espacio.
Tras haber migrado a la Ciudad de México y a más de 20 años de distancia del día en el que el centro fotográfico abrió sus puertas, conservando siempre su capacidad de asombro, Juan Carlos Reyes, fotógrafo oaxaqueño, volvió a su tierra para compartir las impresiones desde su mirada en la exposición “Revelar el tiempo”.
Para Juan Carlos, quien siempre está dispuesto a volver a la capital oaxaqueña con la cámara en mano, la exposición que está conformada por 40 fotografías de su autoría, ofrecen la posibilidad de mirar, desde su lente, un mundo de emociones, aunque no siempre de felicidad.
Lee también: Fotógrafo de Oaxaca gana certamen en Rusia con proyecto que visibiliza a la comunidad muxe’
Regresar a Oaxaca, añade, es una forma de agradecer al maestro Francisco Toledo, la creación de espacios como el CFMAB que expone desde el 4 de junio y por espacio de cuatro meses, la colección fotográfica que muestra la itinerancia a la que se sujeta la vida fotográfica de Reyes, quien inició desde 1992 en la fotografía de prensa.
“Mi agradecimiento es eterno, con la esencia del maestro Francisco Toledo. Creo que tenemos mucho que agradecerle porque a través de estos espacios, logró que conectáramos con el arte. Y logró en muchas fotógrafas y fotógrafos estar en contacto constante con las imágenes y con deseos constantes de seguir aprendiendo, seguir creciendo y de producir”, dice.
Foto: Mario Arturo Martínez
Tras casi 30 años en el oficio fotográfico, Reyes reconoce que el mundo ha cambiado desde que comenzó a aventurarse a la fotografía documental, siempre con deseos de estar en los lugares donde ocurría la noticia, los enfrentamientos, las marchas y plantones que son parte de la cotidianidad informativa de la ciudad.
A pesar del tiempo, reflexiona, su condición como fotógrafo no ha cambiado mucho. “Seguimos admirándonos de lo que está frente a nosotros y yo creo que es el detonante para que podamos permanecer haciendo fotografía durante años, porque mantenemos nuestra capacidad de asombro”, destaca.
Después, comenta que su formación como fotógrafo está contenida de conocimientos técnicos que adquirió con la tutela de fotógrafos como Luis Madrigal Simancas, quien incluyó, además de la técnica, enseñanzas de vida.
Lee también: ¿Invertir en pandemia y en la cultura? Empresarios apostaron por Oaxaca para hacerlo con el Foro Bakal
En 2019, la Fototeca Nacional de Pachuca albergó una exposición de Juan Carlos Reyes. La invitación, que realizó el director del lugar, Juan Carlos Valdés Marín, marcó la carrera de Reyes como fotógrafo, a pesar de que asegura, no se encontraba en disposición de montar una expo.
Pese a ello, parte de la colección de imágenes que eligió, se exhiben ahora en el CFMAB, pero a éstas se añaden algunas que el autor capturó durante la emergencia sanitaria.
Cuatro años antes, Juan Carlos abandonó su natal Oaxaca para trabajar en la Ciudad de México, hecho que afirma, lo condicionó a una circunstancia migrante que detonó en él muchas emociones. “Mi fotografía documental no tiene el esquema, el proceso sistemático de pensar un tema y después ejecutarlo… mi forma de documentar está más apegada a lo emocional, a las sensaciones”, explica.
Foto: Mario Arturo Martínez
En la Ciudad de México, la tristeza, el vacío, la soledad y las emociones que surgen en una sociedad caótica, se reflejaron en imágenes que Juan Carlos miraba en su día a día. “También un sentimiento de añoranza me hizo regresar a los trabajos que ya había hecho y mirarlos desde esas sensaciones y sentimientos”, apunta.
Las memorias personales del fotógrafo que se rigen por esas emociones, se imprimieron desde las miradas de otras personas, en imágenes en blanco y negro, tomadas desde espacios como Oaxaca, Ciudad de México o Cuba.
“Una de las cosas que sucede con la fotografía hoy en día es que está planteada para la mirada de otros, pero en este caso, yo no diría eso. Estas imágenes nacieron como un ejercicio y reflexión de mirar hacia adentro, de cómo me expreso y cómo percibo”, detalla.
Entusiasmado por compartir su punto de vista de los contextos en donde ha estado, el autor reconoce, que si alguien conecta con los instantes que capturó con sus imágenes, es un “gane” para él.