Seguramente has probado la sal de gusano acompañada de un mezcal, tequila o como condimento de carne asada, mariscos, ensaladas o hasta fruta.
La sal de gusano es un símbolo de identidad en México para su gastronomía, especialmente en regiones mezcaleras como Oaxaca.
La sal de gusano es una mezcla de ingredientes ancestrales que deleita paladares al probarse, para prepararse se usa: sal marina combinada con chiles secos, gusanos de maguey tostados y molidos, creando un polvo rojizo y terroso lleno de sabor.
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No sólo es un condimento, sino que es toda una tradición y herencia prehispánica. Su sabor profundo, ahumado y ligeramente picante, lo vuelve único.
¿Cómo se acompaña la sal de gusano?
La sal de gusano con el mezcal equilibra el sabor fuerte y ahumado de esta bebida, también resalta sus aromas y matices. Generalmente se sirve con rodajas de naranja.
Es usado como sazonador gourmet en frutas como mango, piña o sandia, así como con mariscos especialmente crudos como los ostiones.
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También se utiliza para resaltar el sabor de la carne asada o a la parrilla y en guacamole o botanas.
Además, es un elemento decorativo para escarchar vasos con mezcal o tequila, aportando un toque atractivo y de sabor.

Sal de gusano, un legado prehispánico
Desde tiempos prehispánicos, los zapotecas y mexicas veían a los gusanos de maguey como un manjar lleno de simbolismo. La misma mezcla que usa hoy en día de gusano tostado y molido con chiles secos y sal era usado como ofrenda y elementos ceremonial para rituales relacionados con el respeto a la naturaleza, el equilibrio en la tierra y lo espiritual.
Al probar o utilizar la sal de gusano no sólo degustarás algo delicioso, sino que conectarás con una historia milenaria que sigue viva hasta el día de hoy en cada grano.
Suele usarse también en platillos como tacos de arrachera, pulpo o setas para darle un toque de sabor. En aguachile de camarón, para complementar el limón y el chile o en cremas como la de elote, flor de calabaza o huitlacoche.