Hace 10 años, un 12 de noviembre de 2015, el activista peruano Richard Torres llegó a Oaxaca para contraer matrimonio con el árbol de El Tule con el objetivo de crear conciencia sobre el cuidado y protección del medio ambiente, y para urgir la necesidad de reforestar el planeta.

Una década después, regresó al estado para sembrar en la capital oaxaqueña un huayacán como un acto simbólico para pedir seguridad, unión y paz en el país.

Pero también en su visita a Oaxaca manifestó su rechazo a la decisión del gobierno de Perú de romper relaciones con México, y sostuvo que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) que se desarrolla en Brasil es una “vergüenza” y exigió a los líderes de las naciones que dejen de gastar millones de pesos en congresos y que se pongan a plantar árboles.

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Richard Torres nació en Perú, donde se juntan los cinco ríos que forman el gran río Amazonas. Desde niño, relató, tuvo una conexión con la naturaleza por sus padres, sus abuelos y su madre que es indígena. Su madre pertenece a la comunidad Awajún y Wampis, protectores del río Amazonas.

Foto: Juan Carlos Zavala EL UNIVERSAL
Foto: Juan Carlos Zavala EL UNIVERSAL

“Entonces yo crecí con los pies descalzos, si bien es cierto soy más mestizo, pero tengo la sangre amazonense”.

En el año 2012 cuando ya era un personaje del arte en Perú, empezaron a talar los árboles de la ciudad de Lima, y Richard realiza un desnudo para defender esos árboles. Los árboles se salvan, pero el Estado peruano lo condena a la cárcel por haber hecho esa acción, ya que había mucho dinero de por medio porque el objetivo de la tala era construir la “Feria de la Comida Peruana”.

La persecución política en su contra por la defensa del medio ambiente dura dos años y evita la cárcel. Cuando el gobierno de su país claudica en las acciones en su contra y “archivan” el proceso judicial en su contra, es que decide casarse con el primer árbol en Lima, Perú: un árbol de aguacate. Fue así como inició una gira mundial para contraer matrimonio con árboles en distintos países e iniciar proyectos de reforestación.

En Oaxaca se casó con el árbol del Tule, un ahuehuete emblemático del estado por su gran tamaño que atrae la atención de turistas, el 12 de noviembre de 2015. Regresó a la entidad, también, para ratificar su matrimonio con este árbol.

“(Regresar) para mí es una felicidad infinita. Cuando yo hice las promesas al árbol del Tule, me metí incluso en una controversia por casarme con ese árbol, porque la boda fue más de corazón y de acción; pero el significado es infinito, es un amor incomparable. Yo me siento mexicano también. Y claro, mi unión con el árbol del Tule va más allá: el compromiso es seguir sembrando árboles, seguir defendiendo la naturaleza, seguir creando conciencia. Yo creo que cuando tú te casas con alguien es porque tienes que tener un compromiso concreto”, manifestó.

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Árbol por la paz

En la calle Prolongación de Porfirio Díaz de la ciudad de Oaxaca la ceremonia inició alrededor de las 10:30 horas de la mañana. Quienes acompañaban a Richard Torres, algunos de los cuales forman parte de la asociación Corazones Verdes en México, prendieron el copal e interpretaron música con instrumentos de carácter prehispánico o indígena como maracas y cascabeles, mientras el activista peruano entonaba cantos.

Foto: Juan Carlos Zavala EL UNIVERSAL
Foto: Juan Carlos Zavala EL UNIVERSAL

Previo a la siembra del huayacán de flores amarillas, el activista colocó sobre el hoyo unas hojas de coca traídas desde su país como un símbolo de la unión entre México y Perú, también como alimento para la tierra; después, arrojaron maíz y agua, hasta que finalmente sembraron el árbol que fue nombrado como Francisco Nátera, en honor al activista y ambientalista fallecido el pasado 2 de noviembre.

La siembra de este árbol fue con la intención de pedir paz y seguridad en México y en Oaxaca.

“Veo que mis hermanos en Oaxaca sufren, lloran. Todo el estado de Oaxaca está manchado en sangre. Entonces, yo creo que este árbol símbolo… Por favor, le pido al crimen organizado que en vez de estar matando y secuestrando y destruyendo y haciendo narcotráfico, pónganse a plantar árboles. Pongámonos todos a plantar árboles y déjenos en paz, a nuestros hermanos, a nuestras hermanas, que mueren cada día. Ese es el gran mensaje de este árbol”, recalcó.

Relaciones México y Perú

El activista Richard Torres manifestó que le avergüenza la situación que se vive entre el gobierno de su país con el de México, donde se han roto relaciones diplomáticas por el apoyo del gobierno mexicano por asilar a Betsy Chávez, acusada de intentar perpetrar un golpe de Estado.

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“Realmente a mí me avergüenza esta situación porque pienso que los pueblos no son culpables de las decisiones que toman los políticos. Yo no reconozco ese rompimiento. Y eso quiero decirlo fuerte”.

Esta postura, aclaró, no tiene la intención de politizar porque finalmente todo lo que se hace es política; y para él México y Perú jamás van a romper relaciones, sino que lo que se ha roto son los intereses de la clase política.

Foto: Juan Carlos Zavala EL UNIVERSAL
Foto: Juan Carlos Zavala EL UNIVERSAL

“No existe la manera de que Perú y México rompan relaciones. Las relaciones no se han roto. Lo que se ha roto es la idea de unos políticos que por intereses rompen relaciones con otros países.

“Yo no conozco a la Presidenta de México. No la conozco, no puedo opinar de ella. Yo opino de estos señores que gobiernan mi país, que son todos corruptos. Y ellos son los que dividen a los pueblos. Perú ya tiene varios años una crisis… El Perú está secuestrado por la corrupción. Hay una corrupción tan nefasta que nos hace pelear con México”.

Y pidió a los mexicanos que no se dividan de los peruanos “por las ideas sanguinarias de los hombres que gobiernan”.

La COP30, “que se pongan a sembrar árboles”

Sobre la COP30 que se desarrolla en Brasil, Richard Torres aseguró que se trata más de lo mismo en que los líderes mundiales gastan millones en congresos y desconocen la realidad sobre la crisis ambiental, y nunca resuelven nada.

Por ello, invitó a las organizaciones y a los “líderes” mundiales que participan en la COP30 a que se ensucien las manos y planten árboles, que vayan a la Amazonía a defender a la “Madre Anaconda” (madre tierra) y al delfín rosado.

“Basta ya de congresos donde se gastan millonadas y no se toman acciones reales. La acción real es ésta, plantar árboles. Defender los árboles… Eso es lo que tendría que hacer la COP. Basta ya de gastar dinero en aviones y en reunir a gente que debate y debate, pero no conocen cómo está la Amazonía ahorita. El río Amazonas ha bajado su caudal. Hay lugares donde ya no hay caudal”.

Richard Torres señaló que es fuerte lo que está ocurriendo en la Amazonía y que eso repercute también en México, y en todos los países del mundo.

Foto: Juan Carlos Zavala EL UNIVERSAL
Foto: Juan Carlos Zavala EL UNIVERSAL

“Repercute en la salud de México, de Alemania, de Suiza, en la salud de todos. Es el último pulmón del mundo. Por eso yo exijo a la COP que se dejen ya de formalismos y que realmente apunten a lo que es concreto. Vengan a mancharse las manos y a realmente a plantar árboles”.

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