Teófila Palafox, primera documentalista indígena cuya mirada desde Oaxaca abrió camino a las cineastas

Para honrar su aporte al cine documental, la tercera edición de la Muestra Internacional de Cine del Istmo creó el Premio Teófila Palafox al Cine Documental Comunitario

Teófila Palafox, primera documentalista indígena cuya mirada desde Oaxaca abrió camino a las cineastas
Foto: Roselia Chaca
Más de Oaxaca 08/11/2021 09:25 Roselia Chaca Oaxaca Actualizada 09:25

San Mateo del Mar.— En la última década crecieron  las oportunidades para que las mujeres tengan un papel más activo en el espacio público de San Mateo del Mar, pero hace 50 años, contadas fueron quienes se atrevieron a realizar  oficios distintos a los que la sociedad patriarcal les había condenado. Una de esas pioneras fue Teófila Palafox, lo mismo  maestra que curandera, partera, fotógrafa, tejedora y cineasta; la primera mujer indígena documentalista en el país.

“Una persona nace con dones, yo nací con muchos y los puse al servicio del pueblo. Fui partera y curandera, ya no lo practico pero lo hice con un espíritu de servicio al semejante. 

“Eran tiempos distintos los que viví, yo era señalada por hacer cosas que no se permitía a la mujer hacer, como tomar una cámara y hacer una película, como irme de gira a Chile o a Nueva York a promocionar mi documental, no se comprendía en mis tiempos.  Eso sí, siempre estuve orgullosa de lo que hice, de todos mis oficios”, comenta sentada en el patio de su casa en San Mateo del Mar, región del Istmo de Tehuantepec.

A pesar de desempeñar varios oficios a lo largo de sus 65 años de vida,  Teófila Palafox Herranz se define como artesana del telar de cintura, porque los textiles la acompañan desde sus 10 años, cuando bajo la guía de su madre aprendió a tejer los primeros lienzos que le cubrieron el cuerpo.

Teófila reconoce que desempeñar oficios distintos a la artesanía y la cocina fue difícil, pero siempre confió en sus dones, el de la creatividad y el de los sueños. El primero la llevó  a estudiar  y convertirse en una maestra; después, a tomar cámaras de video y fotográfica  para documentar la vida de las mujeres de su comunidad.

El segundo don la guió hacia la curación de enfermos y a traer al mundo a cientos de niños de la manera más tradicional que hay, la partería.

Un largo recorrido

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Foto: Roselia Chaca

Téofila Palafox terminó la primaria a los 16 años. En ese entonces, la misión cultural que existía en San Mateo del Mar le buscó una beca para continuar sus estudios en un internado en la capital del estado.

Tras un año de estudio, regresó a su pueblo como promotora, dando clases a niños de las agencias municipales. 

A los 20 años se casó y después tuvo tres hijos. 

Por 20 años también practicó la partería; sobre este oficio,  afirma que creció con el don de sanar y en sueños recibió el mensaje de Dios de ayudar a sus semejantes a través de la partería.  Esa  inquietud  la llevó a capacitarse con la doctora del centro de salud. Por fortuna, dice, aprendió rápido de la mano de la medicina tradicional. Ya no recuerda cuántos niños trajo al mundo, pero lo que no olvida es que nunca se le murió una mujer al dar a luz.

Tenía exactamente 29 años  (1985) cuando le llegó la oportunidad de cargar una cámara Súper 8 y realizar el documental La vida de una familia ikood, completamente hablada en ombeayiüts, ese trabajo que documentó la vida de una familia de tejedoras la convirtió en una de las primeras indígenas que documentaba su comunidad.

El entonces Instituto Nacional Indigenista (INI) llevó a cabo el Primer Taller de Cine Indígena en San Mateo del Mar, mediante una iniciativa del cineasta Luis Lupone. 

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Foto: Roselia Chaca

“Nos vieron vendiendo nuestros textiles en  la explanada de una iglesia en la ciudad de Oaxaca y nos invitaron a llevar un taller sobre cómo hacer una película sobre nuestro oficio de tejedoras. 

“Por un mes nos capacitaron, veíamos por las noches películas del actor  Pedro Armendáriz y películas que se  hicieron del Istmo. También dibujábamos las escenas. 

“Luego, por una semana filmamos; la edición y presentación duró un año. Se estrenó en el pueblo, fue un gran acontecimiento vernos en el cine”, rememora  Palafox.

Tiempo después, documentó el trabajo de  alfareras de Valles Centrales, con el cortometraje Las ollas de San Marcos.

Hoy Teófila está alejada de las cámaras y la partería, pero no del textil, ya que junto con otras 19 artesanas llevan una tienda llamada Natsojpüy, ubicada en un cuarto de su casa , en donde ofrecen sus productos desde huipiles, bolsas, carteras, camino de mesa hasta cubrebocas.

Para honrar su aporte al cine documental, la tercera edición de la Muestra Internacional de Cine del Istmo (MIC Istmo 2021) creó el Premio Teófila Palafox al Cine Documental Comunitario, que por primera vez será entregado a nuevas creadoras y creadores, con una bolsa de 10 mil pesos.

 Esta mujer ikoots recibe este reconocimiento con mucha alegría y satisfacción.

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