El vocero del organismo, Serio A. Jerónimo Barragán indicó que arquitectos y restauradores llevarán a cabo un recorrido para corroborar las afectaciones y efectuar los trabajos correspondientes.
Y es que ayer por la tarde se registraron pintas al inmueble del lado de la calle de Guerrero, a una cuadra del Zócalo de la ciudad, sin que hayan sido identificados los responsables.

Vecinos y comerciantes de la zona han denunciado falta de seguridad pública, además que la banqueta del templo es ocupada como estacionamiento y los alrededores del inmueble, usados como sanitarios.
Tras la publicación de las leyes de amortización de los bienes del clero del 12 de julio de 1859, el templo de San Agustín fue uno de los primeros en pasar a propiedad de la nación y aunque fue adquirido por particulares, quedó abandonado.

Eulogio Gillow, el primer arzobispo de Antequera inició una serie de obras para dignificar templos y conventos católicos, y compró el ex convento de San Agustín para rehabilitarlo y fundar ahí la casa de cuna, hogar para los huérfanos. La reconstrucción concluyó en 1893.
En la década de 1970 la fachada fue objeto de intervenciones parciales, y a principios de siglo, tras resistir el sismo de 1999, el inmueble histórico fue restaurado. El último proceso de intervención se registró en 2012.