Valora INAH daños a Templo de San Agustín
La última restauración del inmueble histórico data de 2012
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) valorará los daños causados a la puerta y cantera lateral del templo de San Agustín, luego que personas desconocidas realizaron pintas con aerosol a este monumento histórico.
El vocero del organismo, Serio A. Jerónimo Barragán indicó que arquitectos y restauradores llevarán a cabo un recorrido para corroborar las afectaciones y efectuar los trabajos correspondientes.
Y es que ayer por la tarde se registraron pintas al inmueble del lado de la calle de Guerrero, a una cuadra del Zócalo de la ciudad, sin que hayan sido identificados los responsables.
La vialidad se encuentran semi transitada, debido a que en su esquina con Armenta y López, los integrantes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) mantienen un plantón desde hace más de un año, por lo que la circulación vehicular se encuentra suspendida.
Vecinos y comerciantes de la zona han denunciado falta de seguridad pública, además que la banqueta del templo es ocupada como estacionamiento y los alrededores del inmueble, usados como sanitarios.
De acuerdo a la ficha histórica, la construcción del edificio inició en 1699 y finalizó en 1772 auspiciada por el archidiácono Mauleo Almahuius. El 5 de octubre de 1801 un terremoto dejó inutilizable el templo de San Agustín, por lo que debió cerrarse al culto hasta que el 14 de agosto de 1804 iniciaron obras de reconstrucción.
Tras la publicación de las leyes de amortización de los bienes del clero del 12 de julio de 1859, el templo de San Agustín fue uno de los primeros en pasar a propiedad de la nación y aunque fue adquirido por particulares, quedó abandonado.
Eulogio Gillow, el primer arzobispo de Antequera inició una serie de obras para dignificar templos y conventos católicos, y compró el ex convento de San Agustín para rehabilitarlo y fundar ahí la casa de cuna, hogar para los huérfanos. La reconstrucción concluyó en 1893.
En la década de 1970 la fachada fue objeto de intervenciones parciales, y a principios de siglo, tras resistir el sismo de 1999, el inmueble histórico fue restaurado. El último proceso de intervención se registró en 2012.